Dormir al sol

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

FICCION Y REALIDAD

Aburrida adaptación de un relato de Bioy Casares que navega entre lo fantástico y lo costumbrista con telón de fondo de un loco amor imposible. En manos más imaginativas, podía haber sido un filme, de climas, sugerente y mordaz. Pero lo que se ve es una comedia negra, artificiosa e impostada, con personajes de madera, diálogos afectados y una puesta en escena sin imaginación que no deja lugar ni para el misterio ni para el suspenso. Da vueltas sobre la soledad, la compra y venta de almas y los límites entre la normalidad y la locura. Luis Machín hace una buena composición de este ex empleado que ahora arregla relojes en su casita de Parque Chas, donde el paisaje circular refuerza la idea de una narración marcada por el fatalismo. El balance es pobre: almas que se escapan, señoras piantadas, médicos sinuosos, mucho perro y pocos hallazgos.