Se encuentra perfectamente ambientada en los años 50, en un barrio porteño, Parque Chas, en la ciudad de Buenos Aires, está apartado de todo, no tiene esquinas y está compuesto sólo por calles circulares, y cada uno de los habitantes del lugar vive su vida.
Allí conocemos una familia especial, Lucio Bordenave (Luis Machín), ex empleado de Banco, ahora se dedica al oficio de relojero, un personaje algo gris, tranquilo, misterioso, sereno y enamorado de su esposa, casado con Diana (Ester Goris), esta vive triste porque no puede tener hijos, se algo perdida en su vida social y personal.
Su distracción está vinculada a buscar una mascota pero ninguna la convence demasiado, quien le presta atención un tanto especial es el Doctor Standle (Enrique Pineyro) quien le sugiere a Lucio que debe internarla en un Instituto de salud mental, destinado a curar a gente especial.
A raíz de esto se ve rodeado de una serie de sucesos extraños, su cuñada Adriana María (Florencia Peña), que lo seduce, la aparición en su vida de una perra también casualmente llamada Diana, y las confusas entrevistas con el doctor Samaniego (Carlos Belloso), director del Instituto de salud donde se encuentra su esposa internada para su recuperación, todo comienza a estar envuelto en un hermetismo y el tiempo también es importante.
Cuando vuelve su esposa Diana al hogar, todos notan que es otra mujer, físicamente es igual, pero sus actitudes son otras, todos queremos saber que paso, nos vamos metiendo aun mas en la historia, hay que entender su código y su tono especial, donde nos metemos en un universo fantástico, sorprendente, rasgos de comedia negra, y al mejor estilo de Luis Buñuel o Tati.
Es bastante difícil trasladar una obra de Bioy Casares al cine, pero cuando Chomski pone la cámara asume todos los riesgos, y a medida que van corriendo los minutos del film crece el interés de la platea.
No se puede develar demasiado, contiene muy buenos planos y montaje, aquí todos los personajes de esta novela están enamorados, en el cual se confunde lo real con lo imaginario, el sueño con el insomnio, la locura con la lucidez; llega a un mundo de pesadilla, que culmina con un sorprendente final que deja a más de un espectador boquiabierto.