Steven Soderbergh, que amenaza con retirarse como director, instala una trama que atrapa al espectador en una historia de sangre, muerte, depresiones y medicamentos para combatirlas. La industria farmacéutica, cuestionada, y un thriller que estremece y entretiene al mismo tiempo. Rooney Mara, Jude Law y Catherine Zeta Jones, en una danza macabra.