Síntomas peligrosos
Si existe en el cine actual americano un director prolífico, ese es Steven Soderbergh, pero parece que ha anunciado su pronto retiro para dedicarse a otras ramas artísticas. En tanto a la no-estrenada recientemente en nuestra ciudad "Magic Mike", se le suma ahora este thriller donde el realizador de "Sexo, mentiras y videos, "Vengar la sangre, "Traffic", la saga de "La gran estafa", "El Che", "Contagio", "La traición" -por mencionar unas pocas- parece bucear en un género que bien podría caberle al gran Hitchcock o más aquí en el tiempo a los primeros filmes de Brian De Palma.
Una chica con más de una alteración psicológica, limitando la deseperación (una magnífica Rooney Mara) es atendida por el psiquiatra Banks (Jude Law), y en las idas y venidas además de fuertes medicamentos, dudas y misterios, atracciones fatales, aparecerán esos oscuros efectos colaterales con complicación mayúscula, entre estas cosas hay otra profesional (Catherine Zeta-Jones) cuya presencia en la trama argumental traerá conflictos inesperados.
Con una primera hora muy funcional y unos 40 minutos restantes navegando en mares de borrascas, Soderbergh muestra su oficio de dirigir actores, plantar la cámara, manejar climas, su capacidad casi operística de ejecute cinematográfico, y así salva las papas del fuego.
Eso si: no espere el espectador acción, tiros o explosiones, aquí va todo por un transcurrir de palabras y resoluciones que pasan por otro lado.