La carrera del director, productor y editor Steven Soderbergh es un poco aleatoria, para llamarla de algún modo, una buena y una mala, así son sus películas; te decepciona con Contagio o con The Girlfriend Experience y años después te reconcilia con el cine gracias a Efectos Colaterales, su nueva película.
Crónica de una muerte anunciada
Apenas arranca la película sabemos que alguien va a morir, o mínimamente a terminar gravemente herido; vemos una casa con rastros de sangre por pasillos y paredes, marcas de pies descalzos y un regalo que nunca fue abierto.
Luego de esto conocemos a Emily, una joven que va a buscar a su marido a la prisión en la que pasó los últimos cuatro años; minutos después aparece en pantalla el señor en cuestión, Martin, de quien solo sabemos que estuvo preso por ciertas transacciones monetarias muy sospechosas.
Ante esta nueva situación, Emily entra en una depresión muy profunda y, luego de un accidente automovilístico, decide empezar a ver a un psiquiatra. Después de algunas consultas con el Dr. Banks deciden que lo mejor para nuestra protagonista es comenzar a medicarla; y así Emily comienza a pasar de un medicamento a otro, el primero lo deja porque la mareaba, el segundo porque le daba nauseas, el tercero por el insomnio y así sucesivamente. Mientras nosotros desde la butaca vemos el accionar que determina el título, lo que creemos que son esos famosos efectos colaterales; ese insaciable problema moderno que es la depresión, y que actualmente se soluciona con pastillas, pastillas para dormir, para ser feliz, para comer, pastillas para solucionar todo.
Pastillas para no soñar
De esta manera nos adentramos en un mundo que para muchos de nosotros es desconocido, la realidad de la gente que se encuentra medicada todos los días, y la dependencia que eso genera.
Sin embargo, a medida que nos adentramos en el climax del film descubrimos que los famosos efectos colaterales no son tan sencillos como creíamos, sino que se tejen alrededor de una historia de amor, dinero y poder.
Esa manera en que nos dejamos engañar por Soderbergh, en que creemos sin duda en que las cosas son tal como las presenta y la película no es más que un film panfletario en contra del uso de cierto tipo de medicamentos, eso mismo es lo que hace a esta película algo distinto, excitante, motivador y, sin duda, digna de ser vista.
Conclusión
Soderbergh, de la mano de grandes actores como son Jude Law, Rooney Mara, Catherine Zeta-Jones y Channing Tatum, logra un thriller que nos muestra y nos devela un mar de posibilidades en relación a un simple tratamiento psiquiátrico, el vinculo que se genera entre un matrimonio consumido por un estilo de vida que ya no existe; todo esto es acompañado con un suspenso envidiable, y logra que el espectador devele la verdad a la par del protagonista, sin antes siquiera sospechar que no todo es como se muestra.
Una película envolvente que hace cuestionar la moral de cada uno de nosotros, de la justicia americana y hasta de los propios protagonistas, que logra pasar de ser un drama casi documental sobre la ingesta de medicamentos, a un thriller que arruina la vida de casi todos sus personajes.