Hace un par de semanas (y sin pena ni gloria) pasó por las carteleras un ejemplo del Steven Soderbergh “ligero”, Magic Mike. Esta semana tenemos un ejemplo del “denso”: pareja rica, él cae en desgracia, ella se deprime, toma un nuevo remedio y la cosa se desmadra para el lado del thriller entre la denuncia y el sexo. Para decirlo claro, Soderbergh vuelve a hacer profesión de moralista y de señor que odia a los ricos (aunque él mismo lo sea). Telenovela mala pero trascendente. Cine, cero.