El sosiego
Guión y dirección de Pablo Fendrik para esta cinta difícil de definir o de encasillar en un género en particular. Protagonizada por Gael García Bernal y Alice Braga, El ardor alterna momentos de todo tipo que van desde algún que otro pasaje de buen poder de enlace hasta la quietud casi irrisoria de secuencias que se extienden un poco más de lo necesario en su duración.
Tres sujetos arriban a la selva misionera con el fin de quedarse con las tierras y asolar contra quienes sean los dueños de las mismas. Así, como en una especie de sometimiento de los más acaudalados sobre los más débiles, se desarrolla la historia sin perder de eje esa premisa hasta su desenlace.
El director intercala o improvisa unos guiños al western y nos adentra, desde el comienzo, en la vida de quienes habitan en la espesura de los árboles y la pasividad propia del lugar. Todo transcurre de manera calma, hasta que los acechadores arremeten contra nuestros protagonistas. Es en ese inicio donde El ardor se siente más intenso, ganando en dicho aspecto puntos de gratificación con el espectador. Pero el clímax no se mantiene durante mucho tiempo y la intermitencia recobra protagonismo al desvirtuarse el asunto o más bien volcarse hacia ese ritmo paulatino que prima en la mayor parte del film.
La película acierta en materia sonora cada vez que recurre a la recreación de la selva a base de sonidos silvestres que permiten que el observador se sienta, de algún modo, partícipe o interiorizado en el ambiente. Pero la citada buena construcción de clima apacible no se condice o no encuentra el mismo grado de equilibrio cuando se invoca al flanco destinado a generar nervio e inquietud. Los eventos se van resolviendo de una forma que, más allá de lo previsible que se torna, no sorprende ni cautiva.
El ardor hace uso de algunos que otros instantes en los que los enfrentamientos se muestran crudos y sangrientos, pero incluso con ellos no logra sacar provecho de lo que tiene por contar para terminar de elaborar una historia atrapante o atractiva para el público.
LO MEJOR: un buen comienzo.
LO PEOR: carece de fuerza narrativa. De a ratos se torna pesada por la extensión innecesaria de sus escenas.
PUNTAJE: 4,5