Venganza y codicia en un paisaje salvaje y peligroso
Western latinoamericano, con un mexicano una brasileña y unos argentinos animando una trama densa y salvaje en medio de un verdor feroz que está a punto de caer bajo el avance del poder y la codicia. Historia de venganza con un solitario que viene de la nada a salvar todo. Sangre y acción en un escenario donde la naturaleza y sus pocas armas lucha como puede para no ser arrasada. Con toques místicos (el tigre defiende su hábitat y protege a quienes se resisten a entregarlo) y bellas imágenes, un film parsimonioso, desparejo, lacónico que pone al progreso y al poder como agentes destructivos y que convierte a sus desamparados pobladores en parte esencial de un entramado donde los rugidos, los árboles, los arroyos y la bruma van interponiéndose a su manera a la marcha de los depredadores. Le falta más rigor, hay demasiadas caídas en el efectismo y, al final, lo inverosímil y un par de clishes mal puestos le quitan potencia. Pero es un cine distinto, que explora otros territorios, que asume la textura de su ambiente y que busca la moraleja entre los rasgos amenazantes de un paisaje americano que suele ser al mismo tiempo bendición y condena