Cuando la sangre brota
Un argumento que parece trillado es el elegido por Pablo Fendrik para su tercera película ambientada en la selva y con el mexicano Gael García Bernal como protagonista y productor.
El actor de Amores Perros y Diarios de motocicleta es Kai, una suerte de jaguar humano que emerge de la naturaleza y llega a una plantación de tabaco donde viven un padre (Germán Da Silva) y su hija (Alice Braga, la brasileña vista en Depredadores y Elysium). Su precisión y agilidad encienden cuando un grupo de forajidos (entre ellos Claudio Tolcachir, Jorge Sesán, Julián Tello e Iván Steinhardt) irrumpe para apoderarse de las tierras y empieza su masacre.
El ardor, un western selvático que funciona casi sin diálogos, va intensificando el clima de inminente peligro que enfrentan tanto Kai (que le brinda un tono entre ecologista y místico a la historia) como la joven secuestrada por los malvados de turno.
El realizador Pablo Fendrik (El asaltante y La sangre brota) no narra con demasiada prisa y va concentrando las dosis de violencia en un desenlace que parece salido de una vieja película del oeste. Entre machetazos, armas y una motosierra que coloca a los enemigos en un lugar de amenaza constante, la película encuentra en el marco escenográfico natural el espacio ideal para desarrollar su mezcla de acción y aventuras. La construcción de planos y miradas alteran, junto al sonido de los disparos, la paz del lugar.