El arte de la guerra es uno de los filmes más esperados de la última década porque el director Wong Kar Wai la anunció hace muchos años y le llevó bastante tiempo concretar este proyecto que representaba un sueño hecho realidad para todo fan del cine asiático y en especial de este género.
Nos referimos a una producción que reunía al director de Cenizas del tiempo junto a Yuen Woo Ping, el más grande coreógrafo de acción en la historia del cine, y Tony Leung, actor con quien trabajó en varias oportunidades.
Todos juntos en una película que narraría la vida de Ip Man, una leyenda de las artes marciales, más conocido en Occidente por haber sido el mentor de Bruce Lee.
Al amigo Kar Wai le llevó más tiempo de lo esperado concretar este trabajo y durante ese período se hicieron cuatro películas sobre la vida de Ip Man.
Las dos más populares, del 2008 y el 2010, estuvieron protagonizadas por Donnie Yen y fueron muy buenas, especialmente la primera.
Al final la propuesta de Kar Wai terminó siendo algo distinto y mutó en otro tipo de historia.
El arte de la guerra es una película que sobresale principalmente en los aspectos visuales.
Esta vez el director no trabajó con sus colaboradores habituales en la fotografía y esa tarea estuvo a cargo del francés Philippe Le Sourd (Un buen año) quien fue responsable de brindar una de las producciones más bellas que se estrenaron este año.
Como suele ocurrir con los trabajos de este realizador esta película te cautiva por esa poesía tan especial que tiene su estilo de narración que se destaca así se trate de un duelo de artes marciales.
Yuen Woo Ping es un coreógrafo creativo que revolucionó este género en 1978 con sus clásicos Snake in the Eagle´s Shadow y Drunken Master, protagonizadas por Jackie Chan, y desde entonces no dejó de sorprender con la construcción y originalidad que tienen las escenas de acción que elabora.
Esta colaboración con Kar Wai es una auténtica fiesta y desde lo primeros minutos las secuencias de peleas te hipnotizan por completo frente a la pantalla.
La primera pelea de Tony Leung bajo la lluvia y el duelo que luego tiene el protagonista con la actriz Zhang Ziyi son esa clase de momentos que uno se siente tentado a aplaudir en el cine.
Hay varias escenas de acción excelentes pero esas dos en especial me parecieron brillantes.
Estas son las grandes virtudes de este estreno.
Creo que la gran debilidad que tiene El arte de la guerra es el guión.
Me parece que los cinéfilos que hayan visto los filmes de Ip Man con Donnie Yen tendrán una enorme ventaja sobre el resto de los espectadores porque van a tener mucho más claro los hechos que involucraron a este hombre y el contexto histórico en el que se desarrollaron.
Lo cierto es que El arte de la guerra no es una biografía de Ip Man como se había anunciado en un principio.
Wong Kar Wai probablemente comenzó el proyecto con esa idea y luego cambió de parecer.
Esta película en realidad gira en torno a la historia de la maestra Gong -Er (Zhang Ziyi) que es el personaje del que el director se enamoró por completo y el único que desarrolló de manera coherente en su guión.
A Ip Man apenas se lo llega a conocer en este film y los hechos históricos en los que se vio envuelto al igual que la relación con su familia son trabajados de manera superficial.
De hecho, en la segunda mitad de la película Ip Man pierde importancia por completo y queda relegado a un rol secundario.
El arte de la guerra se concentra más en las internas filosóficas de las escuelas de Kung Fu, en el período que representó el fin de una era para las artes marciales, y la historia de la maestra Gong-Er que es emotiva y no se había trabajado en otras producciones.
Por ese lado es interesante el trabajo de Kar Wai porque abordó esta temática con otro enfoque.
No así el affair platónico de la protagonista con Ip Man que el director inventó en su argumento y me pareció completamente forzado e innecesario. Ese cuento ya lo vimos en Con ánimo de amar y se podría haber evitado.
El problema principal que tiene el guión es que el conflicto central se pierde en numerosas subtramas que resultan confusas y hasta aburridas por todos los personajes que entran y salen de la historia.
Hay demasiadas escenas densas de diálogos con situaciones que ni siquiera tienen una repercusión concreta en los protagonistas y esto genera que el interés y atractivo que presentó el film en los primeros cuarenta minutos luego se pierda con el paso del tiempo.
Por eso motivo, si bien es una buena película la verdad que no está a la altura de los dramas de artes marciales que brindó en los últimos años el director Zhang Yimou, como Héroe o La casa de las dagas voladoras, que fueron mucho más emocionantes desde lo argumental.
Tampoco creo que sea recordada como una de las películas esenciales de Wong Kar Wai. Calificarla de obra maestra, como hicieron otros medios, me parece un delirio lisérgico.
Es una buena película con una realización impecable, eso es indiscutible, pero tampoco es para tanto.
Pese a sus falencias en el guión de todos modos si te atrae la temática o el género la podes pasar muy bien con El arte de la guerra, gracias al Maestro Yuen Woo Ping que levantó con su labor este film por completo.