Incómoda en su propio hogar
“El Asesinato de la Familia Borden” (Lizzie, 2018) es un thriller psicológico dirigido por Craig William Macneill y escrito por Bryce Kass. Basado en hechos reales, el reparto incluye a Chloë Sevigny, Kristen Stewart (Camp X-Ray, Personal Shopper), Jamey Sheridan (Sully, Battle of the Sexes), Fiona Shaw (Petunia Dursley en Harry Potter), Denis O’Hare, Kim Dickens, entre otros. La cinta tuvo su premiere mundial en el Festival de Cine de Sundance.
1892, Fall River, Estado de Massachusetts. Lizzie Borden (Chloë Sevigny), de 32 años, vive en una espaciosa casa junto a su padre Andrew (Jamey Sheridan), su madrastra Abby (Fiona Shaw) y su hermana mayor Emma (Kim Dickens). A pesar de estar en una buena posición económica, Lizzie no la pasa para nada bien ya que le resulta imposible congeniar con su padre, el cual está siendo manipulado por John (Denis O’Hare), el tío de las jóvenes que busca quedarse con la herencia de Andrew. Incomprendida por su familia, y con ataques epilépticos que no hacen más que acrecentar sus nervios, Lizzie encontrará alguien en quien confiar en Bridget Sullivan (Kristen Stewart), la sirvienta analfabeta a la que su madrastra insiste en llamar “Maggie”. Cuando Lizzie se entere del calvario que está viviendo Bridget allí, la tolerancia hacia sus padres se irá agotando al mismo tiempo que la idea de acabar con ellos se convertirá en una opción cada vez más tentadora.
El homicidio de Andrew y Abby Borden que ocurrió el 4 de agosto de 1892 ya fue expuesto en diversos libros, series, películas para la televisión e incluso teatro. Por otro lado, hasta el día de hoy la figura de “la asesina del hacha” sigue siendo relevante en el folklore estadounidense. Diversas son las teorías frente al caso, por lo que es para destacar el enfoque que le dio Craig William Macneill a su película. El director tuvo como objetivo que el espectador sea testigo del día a día dentro de ese hogar que por fuera luce pulcro y blanquecino, pero que por dentro se asemeja a un infierno para las dos mujeres protagónicas.
Así es como conoceremos en detalle a Lizzie, su forma de ser, su carácter completamente distinto al de los demás habitantes de la casa Borden y el comienzo de una relación con la única persona que entiende por lo que está atravesando. De esta manera se hace fácil empatizar con ella y entender qué es lo que la llevó a actuar de una forma tan salvaje. Con un ritmo pausado y una atmósfera llena de misterio, el filme logra sostenerse gracias a las interpretaciones de Sevigny y Stewart. Con solo ver sus expresiones faciales uno logra darse cuenta de la incomodidad que sufren al estar dentro de esas cuatro paredes donde está mal visto expresar lo que uno piensa en voz alta, donde muchos prefieren hacer la vista gorda a lo que realmente sucede para no meterse en problemas ya que, en esa época, era impensado contradecir al hombre de la casa.
La película respeta bastantes detalles que ocurrieron en la realidad así como se toma otras libertades que nunca llegaron a confirmarse por lo que siempre se mantendrán en el ámbito hipotético. Sin embargo, la verosimilitud está presente en cada escena, lo que genera que el interés se mantenga a pesar de que en cierto punto se note que no hay tanto contenido por desarrollar.
“El Asesinato de la Familia Borden”, buen cambio de título para la cinta en nuestro país, quedará en el recuerdo por una secuencia en particular, en la cual más de uno deseará retirar los ojos de la pantalla. Aunque la historia tenga otras adaptaciones, la manera en la que está contada aquí es correcta y digna para los que quieran conocer más sobre la psicología de Lizzie Borden.