LAS MISERIAS EN LOS ESPACIOS CERRADOS
En el nuevo film de Álex de la Iglesia, un variopinto grupo de personas queda atrapado en un bar luego de que alguien dispara y mata a una persona en la puerta del local. Con el pasar de los minutos, se darán cuenta que tienen a una persona infectada con un virus dentro del local y deberán ponerse a prueba para ver cómo salen sin ser heridos, en un escenario de creciente tensión.
En El bar, nuevamente el director español trabaja con espacios cerrados y hasta claustrofóbicos (un bar, un sótano, los desagües) para crear los climas e interacciones humanas que serán el motor generador de la película. La desconfianza y el egoísmo irán ganando terreno, y la subsistencia hará salir lo peor de cada uno de los personajes, ya que el realizador si hay algo que sabe es trabajar la empatía negativa: los protagonistas nos resultan atractivos no por sus virtudes, sino por sus miserias.
Sin embargo, al film el humor y algunas situaciones escatológicas le bajan el clima de tensión y suspenso, que en algunos pasajes cobra mayor relevancia. Hacia el final, surge uno de los defectos habituales del cineasta, que es su dificultad para cerrar apropiadamente sus propuestas. En el caso de El bar, se estira y hace un poco extensa, perdiéndose en situaciones que se hacen reiterativas. Aún así, lo que se impone es lo desarrollado previamente, en ese desfile paradójicamente atractivo de personajes miserables.