El Bar: El horrendo placer de estar atrapados con Álex de la Iglesia.
El clásico infortunio de las películas del director español recae en un grupo de personajes que quedan atrapados misteriosa y violentamente en un bar.
(Reseña hecha durante el BAFICI 2017)
Primero lo primero. Álex de la Iglesia es un gran director que suele traer disfrute a las salas de habla-hispana desde hace ya muchos años, pero hay cosas que uno no puede ignorar, y callárselas seria colaborar con esta demencia y locura.
Álex: Eso no es un bar.
Sí, sé que seguramente en España y en algún otro lugar del mundo el local que protagoniza esta cinta sea referido como “bar”, pero lo importante cuando uno se encuentra con una cultura ajena a la de uno es siempre aclarar que esa cultura ajena es inferior a la propia. Ahora que ya aclaramos lo importante podemos seguí avanzando con los detalles: la película en sí.
Los proyectos del bueno de De la Iglesia siempre tienen un gran reparto, no tanto por la fuerza de los nombres sino más bien por lo justo de sus elecciones: Buenas performances realizadas por actrices y actores que le van como anillo al dedo a todos los pintorescos personajes. Moneda corriente en toda su filmografia, y El Bar no es ninguna excepción.
Un grupo de españoles, sumados a nuestro querido Alejandro Awada representando al argentino sátrapa, quedan atrapados en un pequeño “bar”. Circunstancias violentas los mantienen encerrados, pero no podrán compararse con la violencia y enemistad que se generará entre ellos.
Hay mucho que destacar en la parte técnica pero, debido a la naturaleza del film, no hacen más que condimentar y rezaltar los atributos más teatrales de esta obra. El Bar es una película teatral. Su guion, sus personajes y sus actores son el corazón de este trabajo y hacia donde estan puestas todas las luces del mismo. Nada destaca negativamente, y todo suma, este es el gran mérito del director.
Las tensiones escalan con un agradable y constante ritmo, que solo baja la velocidad de las conspiraciones que surgen en las cabecillas de los personajes para mostrarnos ocasionales interacciones que sirven para desarrollarlos más allá del estereotipo (o más bien profundizando los estereotipos), como también hacen un lindo oasis de puro entretenimiento entre tantas acusaciones y saltos a la yugular.
Sin la estructura la sociedad no tiene sostén, sin las reglas todos seriamos tramposos. En lineas generales, y muy superficiales ya que estos conceptos se repiten una y otra vez en el diálogo, este es el espíritu que empapa todo este proyecto. También, de manera un poquitito más sutil, podemos encontrar una crítica contra la manera de consumir información y noticias, así como contra los medios en general.
Mensaje o no, el film no busca más que entretener. Como buen comedia negra, crea carcajadas que contrastan con un pesimista y oscuro pensamiento que se gesta en el fondo de las cabezas de la audiencia. La película no esta preocupada por atraer al público que no viene a buscar un divertido y autentico cine de género, pero al tener un nivel mucho más alto que las usuales criaturas de esta categoría, puede terminar haciéndolo tranquilamente.
¿Intrigado? ¿Interesado? Con una premisa tan misteriosa y el nombre de Álex de la Iglesia en el póster, no hace falta más que nuestro sello de aprobación bastardo para saber que, salvo que uno no quiera divertirse, apostar por El Bar significa sacarle buen provecho a una hora y cuarenta minutos.