Un juicio hecho venganza
Esta es el nuevo trabajo de Robert Redford como director, El Conspirador (The Conspirator) que aborda el asesinato del décimosexto Presidente de los Estados Unidos y el primero por el Partido Republicano, Abraham Lincoln. Aunque la realidad es otra, la película del casi retirado y consagrado actor, se sumerge en el juicio más importante de la abogacía histórica del país del Norte.
A raíz del asesinato de Abraham Lincoln, siete hombres y una mujer son detenidos y acusados de conspirar para matar al Presidente, el Vicepresidente, y al Secretario de Estado.
Mary Surratt (Robin Wright) es la única mujer del grupo, propietaria de una casa de huéspedes donde John Wilkes Booth, y otros se reunieron y planearon los ataques simultáneos.
Y es ahí donde entra en un combate disímil el abogado Frederick Aiken (interpretado por James McAvoy), un héroe de guerra de la Unión que, prácticamente a la fuerza, acepta defender a Surratt ante un tribunal militar que la quería en la horca.
El Conspirador es una de las producciones más refinadas, atrapantes y deleitantes de Robert Redford (Leones por Corderos, Leyendas de vida), no sólo porque aborda un tema histórico tan especial, sino por cómo va llevando al espectador por los caminos de la duda, el castigo, la venganza, la justicia y, por sobre todo, la injusticia.
Entre los protagonistas podemos nombrar a los actores Alexis Bledel, Justin Long, Evan Rachel Wood, Norman Reedus, Stephen Root, Danny Huston, Kevin Kline, Toby Kebbell y Tom Wilkinson.
Con una estética sumamente cuidada, sobresale una banda de sonido que se amalgama de manera perfecta a este fuerte drama.
El film es imperdible, desde las escenas en las trincheras hasta la caminata final, pasando por los más de 120 minutos. Lo curioso es que el gusto amargo dura unas cuantas horas más.