Robert Redford tiene una aguda mirada para hacer cine político y que este luzca atractivo e interesante, incluso para el público que naturalmente no elegiría este género a priori. Indudablemente, es un veterano de la industria que se luce cuando llega la hora de hablarle a sus conciudadanos de cómo él siente ser americano. En 2007 nos trajo "Lions and lambs", feroz mirada sobre el mundo de la noticias y el terrorismo en EEUU y ahora llega la hora de volver a los libros de historia a analizar el asesinato de Abraham Lincoln y sus consecuencias en aquel contexto post-guerra civil.
"The conspirator" comienza con la velada donde el gran estadista es asesinado (recuerden, en un teatro y a una semana de la rendición de Robert E. Lee frente a Ulysses Grant que cerró el conflicto). En dicho atentando, también se buscaba poner fin a la vida del Vicepresidente y el Secretario de Estado, pero eso no sucedió. Las heridas producidas por el resultado de la contienda Norte-Sur estaban a flor de piel y el hecho se cobró la vida de el hombre del que se dice, abolió la esclavitud.
Rápidamente, los militares (para también fortalecer el frente interno) deciden iniciar un proceso para capturar a los conspiradores y juzgarlos con severidad. En poco tiempo dan con un grupo que presuntamente complotaba en una casa de inquilinato regenteada por Mary Surratt (Robin Wright), y es entonces cuando deciden armar una comisión para decidir sobre su culpabilidad. La composición de dicho tribunal estaba pensada para ser expeditiva y resolver penas ejemplares con celeridad.
Pero para que dicho "simulacro" de proceso judicial (viciado de nulidad legal, digamoslo de una) tuviera sentido, el Senador Johnson (Tom Wilkinson) le pide como favor personal a un héroe de guerra, Frederick Aiken (James McAvoy) que se encargue de la defensa de la mujer frente a dicha corte. Al principio, Aiken, un férreo defensor de la visión confederalista, se niega, pero ante la orden de su superior (él es abogado y quiere alejarse del mundo de las armas pero acta órdenes), termina accediendo ante lo pedido. Al conocer a Mary e indagar sobre la acusación, descubrirá un escenario nunca antes pensado para él.
De ahí en más, la película se transformará en un clásico thriller de escritorio. Enmarcado en un contexto real y que bien documentan los libros con relativo detalle (hay fuentes bibliográficas que aportan material complementario sobre la cuestión).
El conflicto central está marcado por la necesidad de las naciones de respetar el estado de derecho, incluso en momentos de guerra o conmoción interna. Y ese tema, créanme, es bastante actual en Estados Unidos en estos tiempos.
"The conspirator" es una película de suspenso bien construída, muy cuidada desde lo técnico, que aporta una interesante revisión histórica a la luz de hechos recientes. Desde el punto de vista actoral, hay confiables trabajos de McAvoy y Wright, acompañados por secundarios de relieve entre los que se destaca, sin dudas, Kevin Kline. Redford retrata el conflicto y establece posición: la ley se debe respetar siempre, ya que la Constitución (por la que dieron la vida muchos hombres) rige los actos de gobierno, siempre.
Un muy buen título para renovar cartelera. Otra gran entrega de un director al que vale la pena seguir.