El actor y director estadounidense Robert Redford (75) ganador de los premios Óscar y Globo de Oro, nos va introduciendo en el atentado contra Abraham Lincoln (Gerald Bestrom), (12 de febrero de 1809 – 15 de abril de 1865) quien fue el decimosexto Presidente de los Estados Unidos y el primero por el Partido Republicano; vamos conociendo a cada uno de los personajes; a raíz de este asesinato siete hombres y una mujer son detenidos y acusados de conspirar para matar al Presidente, al Vicepresidente y al Secretario de Estado.
En este caso la única mujer procesada, Mary Surratt (Robin Wright), de 42 años, es la dueña de la casa de huéspedes donde John Wilkes Booth (Toby Kebbell) y otros se reunieron y planearon los ataques.
Estos no son los mejores momentos de Washington que recién se encuentra saliendo de la Guerra Civil, y el abogado Frederick Aiken (James McAvoy), un soldado de la Unión, de veintiocho años de edad, acepta de mala gana defender a Surratt ante un tribunal militar que quiere la horca.
En un principio cuenta con la única ayuda de la hija de Mary, Anna (Evan Rachel Wood), pero a medida que va avanzando el juicio y Aiken va investigando sacando sus propias conclusiones, se va dando cuenta de que su cliente puede ser inocente y que se la está utilizando de forma engañosa con el fin de capturar al único conspirador y que a pesar de una intensa persecución logró escaparse que es John Surratt (Johnny Simmons) el hijo de Mary Surratt.
Cuenta con una ambientación, vestuario, fotografía y reconstrucción de época impecable, con un buen movimiento de cámara, tiene intriga, suspenso y tensión,el lenguaje es más bien clásico, contiene tal vez algún registro parecido a cierto films de los dirigidos por Clint Eastwood, resulta ser un film sólido y profundamente critico. Contó con un maravilloso elenco: Alexis Bledel, Justin Long, Evan Rachel Wood, Norman Reedus, Stephen Root, Danny Huston, Kevin Kline, Toby Kebbell y Tom Wilkinson.