El Contador se encuentra en una gama rarísima para tratarse de una superproducción, porque se basa en los personajes. En esta era donde las grandes estrellas hacen películas de genero, de cómics, de sagas o lo que se les ocurra, aquí tenemos a una cinta con Ben Affleck como protagonista, Anna Kendrick como su contraparte femenina, y un basto reparto de actores en papeles secundarios que participan en una película cuya narrativa esta basada en los personajes. Ni más, ni menos.
Ben Affleck hace de un hombre con asperger, una forma de autismo funcional, que lo hace básicamente el mejor contador del mundo. Se gana la vida siendo contratado por criminales (no de poca monta, traficantes de armas, príncipes árabes, etc.) para revisar sus libros y descubrir los errores, robos o faltantes en una maraña de libros contables ilícitos, dibujados y hasta mentirosos.
Lo raro de esto es que ha sobrevivido a esa clase de clientela, y debido a eso, el jefe de la sección del tesoro que investiga crímenes lo quiere encontrar.
Esa premisa, que podría ser floja, se ve potenciada por la contracción del universo en el que se desarrolla la película, y la manera en la que vamos conociendo a los personajes, de a poco, en capas, haciendo que fluya la historia y como si fuera poco, haciendo a estos personajes interesantes, entretenidos, carismáticos y lo que no es poco, únicos.
Muy bien dirigida, como momentos genuinamente divertidos que descomprimen en el momento justo, las escenas de acción justas, y una historia redondita, son dos horas de cine más que recomendables.