El filme podría haber estado inspirado en un comic pero no. Podría ser adaptado luego. Seguramente los productores, ávidos de taquilla, estuvieron analizando qué tipo de filmes podría ser efectivo para que los espectadores puedan llenar las salas.
Evocando a clásicos de la intriga y el suspenso, pero, principalmente, a aquellos filmes de los noventa y fines de los ochenta del siglo pasado, la historia bucea en la figura de Chris (Ben Affleck) un hombre con cierto nivel de autismo que supo superar sus falencias y convertirse en uno de los contadores más exitosos.
Pero detrás de esa fachada se esconde un asesino a sangre fría, un matón que digita los destinos de quienes se encuentran en su camino, pero que también sabe ayudar cuando se lo piden. El filme deambula en episodios de series de procedimiento para terminar construyendo una película que tenía buenas intenciones pero que se diluyen con el correr de los minutos.