Lograda comedia negra que señala con el dedo a las maniobras políticas
El humor negro, en el cine argentino, generalmente ha sido empleado en comedias muy ligeras y de manera grosera.
Muchos guionistas (también directores), por querer ser graciosamente ingeniosos, han hecho proliferar en un guión cinematográfico los chistes de mal gusto con el sólo objetivo de provocar alguna carcajada y sin la mínima intención de un mensaje subliminal.
Un "operaprimista" en el subgénero.
Sergio Teubal tomó el desafío de afrontar el subgénero de la comedia negra y con ella ganó el premio a la Mejor Ópera Prima en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara; su película fue declarada de Interés por la Subsecretaría de Cine de Córdoba y el Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales la reconoce como Película de Interés Nacional y con ella además participó de la edición 2011 del Encuentro de Cine Argentino y Europeo de Pantalla Pinamar.
Una historia basada (en parte) en un hecho real
La acción de la historia transcurre en un pueblo del interior argentino en el año 1983. Hasta el momento, la autoridad casi eterna de ese pueblo ha sido Don Hidalgo, un caudillo que de manera dictatorial ha manejado el destino del pueblo y la vida de sus habitantes, aunque su manera de proceder nunca ha sido clara y ha logrado enriquecerse económicamente.
El país se prepara para volver a la democracia luego de la seguidilla de gobiernos de “facto” que asolaron la vida política, pero la población no está acostumbrada a votar y no tiene idea de cómo se elegirá a quien los gobernará.
El caudillo, quiere seguir en el poder y buscará la forma de convencer a los 500 habitantes de ese poblado de que él es la mejor opción.
Pero en el pueblo también está Baldomero que es el solterón más codiciado por las niñas casaderas de la población.
Es un hombre que está llegando al medio siglo de vida, buen mozo, sencillo, directo y con ideas muy claras de lo que quiere, en el pueblo lo que él dice se transforma en código no escrito
Baldomero será quien se transformará natural y rápidamente en el líder opositor hasta que es asesinado.
Todo el pueblo sabe quién ha matado a Baldomero, y quién ha sido el instigador, pero las autoridades no creen conveniente declarar oficialmente que se conoce a los culpables.
Todos saben pero todos callan, menos Florencio, el almacenero de esa comunidad y hermano de Baldomero, quien toma el estandarte de su causa y jurará vengar su muerte.
Así Florencio se lanza a la campaña política en pos de ganar la elección a Intendente y tendrá como emblema “un dedo” que ha cortado del cadáver de su hermano.
Ese dedo cortado (el de un líder muerto) y guardado en un frasco será, en adelante, el que señale lo que se debe hacer a toda la población.
El director del filme
Sergio Teubal ha desarrollado una carrera como actor en teatros de la legendaria calle Corrientes de Buenos Aires donde se destacó en obras tales como “Jesucristo Superstar”, “Macbeth” y “El infierno del Pinti”.
Una beca para estudiar dirección de cine y teatro en Londres le permitió, posteriormente, desarrollar una carrera como director de “clips” comerciales y también “videoclips” independientes con los que ganó varios premios.
"El dedo" es su opera prima cinematográfica en largometraje.
Los actores de “El dedo”
El elenco está encabezado por el actor Fabián Vena, a quien se lo ha visto poco en cine y que aquí logra una excelente composición de su personaje, con recursos que ya ha probado con efectividad en el teatro, y demuestran su talento.
Se destacan los actores Mariana Briski y Gabriel Goyti en papeles facilitados por el estereotipo, aunque el resto del elenco también ha logrado construir sus roles.
Aunque, vagamente, se da una idea de que el pueblo está situado en la provincia de Córdoba, el acento que usan los personajes no pertenece completamente a esa localidad, hay una especie de mezcla de inflexiones, es difícil para un actor hablar con un acento que no es el suyo habitual y al mismo tiempo dar las entonaciones correctas.
Sergio Teubal, quizá por sus antecedentes actorales, demuestra capacidad para dirigir actores, algo que no es habitual en los “operaprimistas” de la cinematografía argentina.
Comentario sobre la película
Quien ha seguido la vida política argentina de los últimos 27 años, podrá encontrar un espejo simbólico de lo que sucedió en esa época.
El personaje de Florencio, está caracterizado en un estilo (hombre sencillo y pueblerino) que recuerda mucho a la imagen que daba quien asumió la presidencia del país cuando se recuperó la democracia.
El dedo cortado de Baldomero que señala lo que debe hacerse, puede proyectarse a cuando fue mutilado el cadáver de un ex presidente.
Ese ex presidente tuvo un poder tan grande que aún después de muerto sus ideas marcaban el camino a sus seguidores, y sus opositores lo seguían combatiendo vehementemente, tal como ocurre en la película con el dedo de Baldomero.
El guión fue escrito por Carina Castelli, que a su vez se basó en la novela “El Dedo de Baldomero” de Alberto Assardourian, que el director cuenta que conoció casualmente durante un viaje de vacaciones y que le llamó la atención porque el autor se basó en lo que hizo un almacenero cordobés, que guardó en un frasco un dedo que había perdido en un accidente.
Teubal reconoce que con Castelli, al guionar, decidieron disminuir las directas y contundentes implicancias políticas del libro original de Assardourian, aunque de todas maneras quedaron plasmadas en el filme.
Los diálogos son ágiles, divertidos, dicen verdades en forma directa sin que nadie salga herido.
Se trata de una comedia con un humor muy negro, que el espectador disfruta de manera permanente.
Hay mucho de costumbrismo en las situaciones que se ven en pantalla y desde la platea más de una persona se sentirá identificada.
Ya en la introducción de la película, desde los títulos, la música incidental y de fondo de las escenas predisponen al espectador a disfrutar de esta comedia. Para ello no podía haber un tema más apropiado que “Superchango”, de “Mano Negra".
Puede ser que el humor negro sea un estilo diferente para contar algo que de otra manera sería doloroso recordar.