“EL DÍA TRAJO LA OSCURIDAD”: Que tengas unas buenas noches.
Escribir una crítica para una película de cine argentino es sinceramente lo que más me cuesta. Empecé este año a visitar las salas con periodicidad y ya me tocaron algunas. De hecho, “La Tercera Orilla” de Celina Murga, la fui a ver y me encantó. Desde lo más profundo de mi ser apoyo fuertemente la producción nacional y me encanta que los directores no dejen de laburar y saquen, cada vez más, nuevas obras. Es muy difícil hacer una película en este país y es muy valorable alcanzarlo. Pero esta vez, no hay muchos argumentos para defender a esta nueva película. No les voy a mentir. Es mala.
No por eso signifique que no la tengan que ir a ver. Hay que saber distinguir entre lo bueno y lo malo ya que saber mirar cine significa mucho más que el simple hecho placentero de divertirse porque sí. Además, aunque sea una frase hecha, sobre gustos no hay nada escrito. Incluso la obra ya estuvo paseando con sus éxitos por distintos festivales internacionales de renombre.
La historia cobra vida en un pueblo costero argentino donde vive Virginia (Mora Recalde, debutante en largometrajes), una incómoda pero perturbada ama de casa, junto a su padre, Emilio, quien a propósito yo pensaba que era su esposo cuando inició la proyección. Sin embargo, él se va a ayudar a su cuñado porque tiene una de sus dos hijas enferma. Aparentemente, un virus maligno merodea la zona y algunas personas se están enfermando gravemente. La menor de ellas, Anabel (Romina Paula), una pálida pero oscura joven mujer se irá a vivir con Virginia y de a poco irá contagiándose.
A lo largo de la historia se irán sembrando pequeños indicios que nos acercarán al corazón de la trama, que -bajo mi opinión- cobra vida luego de la primera mitad, un poco tarde considerando la corta duración de la película. Un elemento a rescatar son sin duda las escenas en la noche. El uso de la luz es muy bueno y la fotografía es terrorífica (en el buen sentido de la palabra), cosa que no se alcanza en lo más mínimo cuando el sol dice presente. Por otra parte, algún buen vino y alguna música popular, le dan un carácter dulce y cálido a alguna situación en que reina la calma.
Párrafo aparte indudablemente para Romina Paula, la revelación para mi gusto. Se la notó muy suelta y parece haber interpretado muy bien su personaje. Fría. Apagada. Una mirada violenta. Tono agresivo. Mis felicitaciones hacia ella.
Dejando a un lado las flores, considero que lo que me hace definitivamente pensar que es una película mala es el lugar donde recae. El ritmo lento con el que nos lleva Martín Desalvo termina desenvolviéndose y cayendo en un lugar típico, demasiado visto en el suspenso y el terror. La trama principal es eso y nada más, y no cumple con las expectativas generadas. Que suceda eso mismo genera que ese ritmo lento decepcione más de lo que asusta. En fin, nada más que decir. Están invitados a verla.