Martín Desalvo regresa luego de su exitosa ópera prima (compartida con Vera Fogwill, "Las mantenidas sin sueños", ganadora del Cóndor de Plata a mejor debut en 2008) con una cinta de suspenso psicológico, bien de género, potente y austera que ya fuera presentada en BAFICI y BARS en años anteriores.
El tema del vampirismo siempre se ha mostrado como una fuente inagotable de abordajes y en este caso, "El día trajo la oscuridad" (escrita con oficio por Josefina Trotta), es la prueba viviente de que siempre se pueden rodar tramas interesantes aún con pocos recursos de producción.
Virginia y su padre, Emilio, viven en un pueblito del interior, alejados del ritmo de la gran ciudad. Por razones de fueza mayor, este último debe partir a darle una mano a su cuñado, ya que su hija (Julia) parece sufrir una enfermedad de origen desconocido que hace peligrar su vida. La cuestión es que Vicky queda sola, y Anabel, la hija menor del padre atribulado llega a la casa afiebrada y con un agotamiento extraño para hacerse compañía mientras dure la emergencia.
Virginia conoce a Anabel desde chica y rápidamente establecen vínculo, mientras esperan el retorno de sus padres para saber como evoluciona Julia de su problema. Mientras eso sucede, en los alrededores del lugar, comienzan a suceder hechos extraños, muertes de animales, ruidos, desapariciones que se van integrando con sueños y alguna sospecha interna que se inquieta, a la hora de analizar cuál es la relación entre todos esos eventos.
Quién está detrás de esos eventos perturbadores? Hay algún extraño responsable de esa cadena de sucesos? Es un sólo un mito urbano esta presencia amenazante o son sólo hechos aislados unidos por la percepción de los habitantes del poblado?
Desalvo acierta con buscar una puesta rural, un paraje alejado y logra potenciar su historia con aportes destacados de la banda de sonido y la fotografía. Claro, la elección y dirección de actores fue fundamental: Romina Paula y Mora Recalde juegan sus papeles con criterio, seducen y llevan adelante un vínculo fuerte (a todo nivel) que sostiene el andamiaje de la historia.
El guión está bien estructurado y va proponiendo una progresión natural que estalla en el momento justo. En el debe, quizás algunas transcisiones son un poco lentas (hay quizás demasiada contemplación en ciertos tramos) y un poco más de violencia física (o explícita) hubiese llevado al film a otras alturas, ya que material había para transitar ese camino.
Los fans puros del género quizás salgan con ganas de más, pero quienes estén abiertos a ver una buena película de suspenso, saldrán más que satisfechos.