Decisiones desesperadas.
El engaño es una película tunecina del 2009, ópera prima de Mehdi M. Barsaoui. Y está protagonizada por Sami Bouajila, ganador del premio al mejor actor en la sección Horizontes del Festival de Venecia, acompañado por Najla Ben Abdallah, Mohamed Ali Ben Jemaa, Noomen Hamda y Youssef Khemiri, entre otros.
La historia, escrita por su director, se centra en un matrimonio que durante sus vacaciones es víctima de un atentado terrorista, en el que su hijo de once años recibe un balazo que destruye su hígado. Por lo que entran en una crisis que se acentúa cuando Fares (Boujalia) se entera que no es en realidad el padre biológico.
En primer lugar es necesario destacar la influencia de Asghar Farhadi, tanto desde la temática de la crisis matrimonial, al igual que en La separación, como por la puesta en escena. Porque esta también se caracteriza por su austeridad, acompañando a los actores con una gran cantidad de primeros planos obtenidos por una cámara en constante movimiento y una banda sonora minimalista.
Un párrafo aparte merecen las actuaciones, especialmente la de Sami Bouajila, que logra empatizar con el espectador, resultando verosímil la gran variedad de emociones que atraviesa su personaje en esta crisis estresante, y que van de la ternura a la ira descargada en violencia. Invitando al debate posterior, ya que su director no justifica ese tipo de comportamiento, sino que solamente lo exhibe evitando los golpes bajos por medio de oportunas elipsis.
En conclusión, El engaño es la carta de presentación de Mehdi M. Barsaoui, un director para ser tenido en cuenta, por la austeridad efectiva con la que narra una historia en la que sus personajes atraviesan una crisis en la que deben tomar decisiones éticas de manera urgente. Evitando tanto los golpes bajos como las bajadas de línea contraproducentes, para que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones al respecto.