El último y gran trabajo de Ulises Dumont en El fin de la espera de Francisco D´Intino
El director y guionista Francisco D´Intino estrenó la película que realizara en el año 2008 titulada El fin de la espera, que es anterior a Rita y Li (filmada en 2010 y estrenada en 2011) y al documental Caiçaras, los hombres que cantan que es una producción de 2011.
D´Intino también tiene otras realizaciones anteriores en la mayoría de las cuales participó Ulises Dumont, cuyo trabajo en El fin de la espera fue el último que realizó el consagrado actor.
Sinopsis de “El fin de la espera”
Un hombre de 65 años, Jacinto, trabaja al frente de una granja-hogar para niños desamparados en medio de innumerables dificultades que, sin embargo, no quiebran su ánimo sino que lo empujan a seguir luchando mientras “espera” que quienes tienen que tomar decisiones que lo ayuden, se dispongan a cambiar su angustiante situación.
Pero las cosas empeoran cuando un fenómeno climático arruina los cultivos de la granja, la fundación que ayudaba a la institución decide no proporcionarle más fondos y los niños internos se fugan.
Jacinto se queda con la única compañía de una jovencita embarazada y un niño, los tres seguirán en la “espera” de que las cosas mejoren.
Jacinto cree que por fin su espera ha terminado y todo mejorará cuando llega a la granja el ministro de Bienestar Social, pero pronto descubre que no será así y se da cuenta que él ya no está dispuesto a seguir esperando que las cosas las arreglen los demás y actúa impulsivamente para lograr los medios que lo ayuden a cumplir el único propósito que tiene en su vida: que todo funcione sin problemas.
Análisis y crítica de la película “El fin de la espera”
D´Intino, también guionista de esta película, muestra la vida de un hombre muy idealista que espera que sus buenas acciones sean reconocidas por los demás y que éstos lo ayuden para que él pueda seguir con la misión que se autoimpuso.
A estas personas quizá les resulte muy difícil ver que la realidad les muestra que hay quienes ven la beneficencia otro modo de enriquecerse o al menos de lucirse como si estuvieran en una vidriera en una exposición que “esperan” les reditúe algún beneficio en el futuro.
El guión también se ocupa de la corrupción de los políticos que “esperan” llegar al poder para enriquecerse y sólo ayudan a los necesitados “esperando” que ese hecho se vea y les reporte votos, aunque esta subtrama ha quedado poco desarrollada para ocuparse más en destacar los escollos administrativos que a cada paso encuentra Jacinto.
La fuga de los niños hace suponer al espectador que se trata de delincuentes juveniles y que quienes se quedan a su lado lo hacen porque “esperan” algo, la muchacha espera un hijo y el niño espera ser mayor.
Jacinto y el ministro son los únicos personajes que tienen un desarrollo activo en la trama, los demás sólo son roles de soporte necesario con una personalidad “fija” para que no alteren el hilo conductor, sin embargo esto implicó que las subtramas se resuelvan demasiado rápido luego de algunas reiteraciones que atentan contra la atención del espectador.
El último y gran trabajo de Ulises Dumont
En medio de una película que cuenta lo que pasa pero sólo entrega un mensaje que puede ser muy discutido por el espectador, se destaca la labor de Ulises Dumont como Jacinto, el protagonista de la historia.
Dumont, demuestra en este filme todo el oficio que tenía y no compuso sino que se respaldó en su “physique du rol” (muy apropiado) dándole transformaciones muy sutiles a su personaje, algo difícil de lograr en cine, donde el actor debe mantener una línea de construcción en medio de cortes y a veces con tomas alternadas.
El haber logrado un armado perfecto de un personaje que tiene un protagonismo exclusivo hizo que el resto del elenco realizara una labor homogénea, algo que, llamativamente, no logró D´Intino en su filme posterior (Rita y Li), donde ya no estaba Ulises Dumont.
No puede clasificarse a esta película como de denuncia sino como testimonial de situaciones que todos “esperamos” que dejen de suceder.