Un elenco plagado de estrellas no es suficiente para salvar a esta comedia romántica de la ausencia de un guión mas ambicioso, escenas poco graciosas y una falta casi total de romanticismo.
MI GRAN CASAMIENTO (NO) GRIEGO
Alejando (Ben Barnes) y Missy (Amanda Seyfried) están a pocos días de casarse. Ella es hija única de una adinerada familia americana. El es de origen colombiano e hijo adoptivo de Don (Robert De Niro) y Ellie (Diane Keaton). A su vez, Ellie y Don están divorciados y no se ven a hace 10 años, desde cuando Don la engañó con Babe (Susan Sarandon), su mejor amiga y actual pareja de Don. También están Lyla (Katherine Heigl) y Jared (Topher Grace), hermanos de corazón de Ben, quienes obviamente tienen sus propios problemas. Lyla está recientemente separada y Jared es un medico de 30 años, virgen por elección, a quien cada día le cuesta más mantener el celibato al que se comprometió hasta encontrar el verdadero amor. Las cosas se complican (aun mas) cuando Alejando se entera que su madre biológica asistirá al casamiento. La mujer es una católica conservadora que cree que el divorcio es pecado y si se entera que Don y Ellie están divorciados desde hace años, se terminaría oponiendo al matrimonio de Ben. ¿La solución? Don y Ellie deberán fingir que siguen felizmente casados durante tres días. Pero, ¿Qué consecuencias traerá esto en la ya problemática familia?
ESTRELLAS Y NADA MAS
Por si no se dieron cuenta leyendo la sinopsis de arriba, la historia del film es un tanto convulsionada. Hay demasiados personajes y cada uno tiene sus problemas, a su vez todos estos deben tener un tratamiento y una resolución antes de que termine la película. ¿Pero como condensar todo eso en tan solo 89 minutos? La respuesta a esa incógnita no está presente aquí.
Desde el poster o avance no caben dudas que el mayor atractivo de El Gran Casamiento es su elenco plagado de estrellas. Robert De Niro, Katherine Heigl, Diane Keaton, Amanda Seyfried, Topher Grace, Susan Sarandon y Robin Williams, cualquiera de ellos es razón suficiente para pagar una entrada al cine. Por desgracia cada uno de ellos está completamente desaprovechado aquí. Si, entregan simpáticas actuaciones que en algún que otro momento pueden robarnos una sonrisa, pero no hay mucho más que eso. Para ser justos, no hay nada más que eso. El guionista y director Justin Zackham (Antes de Partir) desarrolló una historia por demás de conflictiva e hizo poco y nada para agregarle emoción o humanidad a sus personajes. Los estereotipos y lugar comunes están a la orden del día y los problemas que plantea la película son por demás de ridículos, o al menos eso termina pareciendo por el poco desarrollo que se les da. Mientras uno mira el film resulta inevitable cuestionarse cuanto de lo que había en el guión terminó quedando en el metraje final, ya que el resultado se siente rebajado y apresurado. Quizás estos recortes en la historia se hicieron en busca de un ritmo que de todas maneras nunca se llegó a encontrar y sea cual fuere el caso solo termina por perjudicar a la película, ya que a la vez hace que el espectador se aburra pronto y nunca llegue realmente a engancharse con la historia o terminar de simpatizar con alguno de los personajes.
Dicen los estudiosos del cine (vaya a saber uno quienes son) que el peor pecado que puede cometer una comedia es no ser graciosa. El Gran Casamiento redobla la apuesta, ya es una comedia romántica que no solamente no es graciosa sino que tampoco termina resultando romántica. Tenemos un casamiento, tenemos una pareja divorciada que se reencuentra después de diez años, tenemos un chico virgen en buscar de su gran amor y tenemos a una chica que acaba de quedar con el corazón partido, ¿Cómo es posible que a pesar de tener tanto potencial para el romance la película no termine de despegar? Nuevamente la respuesta a esto está en el superficial guión escrito por Zackham, que pareciera preocuparse más en hacer chistes sobre sexo que en profundizar en lo que realmente le da peso a la historia.
CONCLUSION
A pesar de algunos divertidos momentos cortesía de De Niro, Keaton, Sarandon o Williams, no hay nada nuevo para ver en El Gran Casamiento. Justin Zackham nos entrega una película que aunque no pretende reinventar el género si espera entretener, y difícilmente lo logra. No solo carece de ambición, ritmo, comedia y romance, sino que si uno se pone a hilar fino hasta termina resultado un tanto ofensiva a la religión y al pueblo latinoamericano. Cualquier espectador que quiera ver a estrellas de cine divirtiéndose en la pantalla más que uno mismo en la butaca seguramente pasará un grato momento, pero caso contrario recomiendo que esperen a verla en cable.