La gran familia conservadora
El matrimonio y sus votos conllevan sus crisis pero al final siempre termina triunfando el amor. Ese es el mensaje de esta simpática aunque no deslumbrante comedia El gran casamiento, remake del film suizo de 2006, Mon frere sa marie, de Jean-Stephane Bron, cuya particularidad es en definitiva su única virtud: un reparto de lujo en el que se destaca un Robert De Niro ajustado y contenido en base a su galería de tics a los que nos tiene acostumbrados.
De Niro se complementa con otros actores de la talla de Diane Keaton, Susan Sarandon y Katherine Heigl, secundados también por un desaprovechado Robin Williams en el rol de cura católico que deberá casar al hijo adoptivo de De Niro y su ex esposa interpretada, por Diane Keaton, Alejandro. Alejandro (Ben Barnes) está a punto de casarse con Missy (Amanda Seyfried), hija de una familia conservadora que ve con prejuicio a los latinos como él, pero que harán el esfuerzo por conocer a su futura consuegra y a la hermana del novio, invitadas para encontrarse con los padres adoptivos de Alejandro, sus hermanos Lyla (Katherine Heigl), abogada y soltera y Jared (Topher Grace), médico y soltero también.
El énfasis puesto en la soltería no es una redundancia a los fines de esta película dado que todo gira en torno a la diferenciación entre los dos estados: casados con hijos y solteros sin hijos.
Sin embargo, a pesar de bordear un espacio lúdico y un tanto irreverente en algunas situaciones, el conflicto central de esta boda obedece a la impronta de lo sagrado que implica dentro de la doctrina católica mantener los votos del matrimonio. Eso es lo que motiva a que durante 48 horas antes del casamiento propiamente dicho Don (Robert De Niro) y Ellie (Diane Keaton) deben aparentar estar casados para no levantar sospechas frente a las creencias religiosas de la madre biológica de Alejandro, Madonna (Patricia Rae), para quien el divorcio es pecado.
El director y guionista Justin Zackham (fue quien escribió el guión de Antes de partir, 2007) dota al relato de frescura y en esporádicas situaciones de incorrección política para tocar los tópicos más convencionales que hacen a los valores conservadores como familia, matrimonio, etcétera, en una trama que no alcanza a convencer desde su planteo pero que sin embargo entretiene por mérito de sus intérpretes.
El gran casamiento es otra comedia que busca el detonante cómico en el enredo y en este caso explota a partir de la forzada relación entre Don y Ellie con la tercera en discordia Bebe, quien vuelve a ocupar el lugar de la segunda y a perder su status y reinado ante la llegada de su amiga.
Muy poco puede agregarse, salvo la mala elección de los personajes secundarios como la madre latina y la hermana del novio.