Un sólidamente narrado western gaucho con todas las de la ley
¿Habrá empezado Aballay una nueva tendencia? No lo sé, lo que si se es que El Grito en la Sangre es un ejemplo muy bien armado de lo que es un western gaucho. Con la diferencia de que no “agauchan” lo visto en miles de westerns, sino que crean los mismos debates de esas películas (amor, honor, venganza, justicia) dentro del universo gaucho.
¿Cómo esta en el papel?
El Grito en la Sangre cuenta la historia de Mario, quien ve a morir a su padre morir de un disparo en una carrera de caballos. La tradición gaucha establece que cuando un hombre fue muerto a traición, su alma no descansará en paz hasta que el hijo mayor del finado vengue esa muerte. Cuando los sospechosos habituales prueban no tener nada que ver, Mario se encamina en un viaje para buscar al verdadero asesino. Su viaje lo lleva al campo de Don Clemente, donde encontrara el amor de Lucia, la hija de patrón, y el consejo de Don Chuco, el capataz de dicho lugar quien lo toma bajo su ala.
El guion se desarrolla adecuadamente con un conflicto claro y los puntos de giro bien establecidos. Los antagonistas son escasos pero presentes y la historia no se la deja fácil al protagonista para cumplir con su objetivo, cosa que suma muchos puntos. Cierto, la subtrama romántica de tanto en tanto se pasa de revoluciones, pero a la postre se elige no descuidar la trama principal; lo que lo hace un traspié chico pero perdonable. La resolución elegida probablemente a muchos no les cierre, pero cuando mastiquen la película se percataran que otra alternativa no podía quedar. Decisión arriesgada pero acertada.
No es una obra maestra del guion cinematográfico, pero está bien narrado, y eso ya es para agradecer, sobre todo por no caer en muchos de los clichés en los que se han incurrido a lo largo de la historia a la hora de retratar la cultura gaucha.
¿Cómo está en la pantalla?
La factura técnica de la película es impecable. El uso de los colores, los contrastes y las sombras contribuye muchísimo a la creación de climas y al sostén de la tensión. Todo esto por no mencionar la riqueza en las composiciones de cuadro, y la estrategia, justificación e inteligencia a la hora de mover la cámara.
La factura actoral es bastante adecuada, Abel Ayala se lleva con mucha dignidad al hombro y trae a suficiente buen puerto al protagonista, lo mismo podemos decir de Florencia Otero. Pero definitivamente el punto más alto a nivel interpretativo es definitivamente para Horacio Guarany, a quien el rol de mentor le calza como guante; una suerte de Obi Wan Kenobi gaucho. Sus escenas están entre lo más alto de la peli; una actuación que da gusto.
Párrafo aparte merece destacar que esta fue la ultima película del gran Ulises Dumont (la película se rodó en 2007, poco antes de su muerte), que entrega un personaje tal vez pequeño pero que se vuelve fundamental no tanto para la trama en sí, sino para el viaje del personaje protagonista.
Conclusión
Claro en sus ideas, decente en sus actuaciones, y sobresaliente en su técnica, con El Grito en la Sangre Fernando Musa pone sobre la mesa una narración a la cual difícilmente se la pueda catalogar de obra maestra, pero sienta un precedente para encarar este nuevo subgénero de manera tal que enganche al espectador y se mantenga fiel al universo elegido para narrar su historia sin caer en la exageración.