on pocos los cineastas que pueden dialogar con el presente a partir de la reflexión, y desde la ficción, de aquello que está emergiendo o se ha enquistado en la sociedad. Spike Lee es uno de ellos y en “El infiltrado del KKKLan”, a partir de la simple premisa de un “novato” de la policía que aspira a ser más, pero su color se lo impide, cuenta cómo el racismo extremo ha impedido que las igualdades surjan. Al ímpetu y pasión del personaje principal, se le adiciona un sólido guión (basado en la novela del propio Ron Stallworth), que sólo por la habilidad de Lee para contar desde el humor, cinismo y dolor, nos permite saber más de ese odio desde el centro de la creencia de superioridad pisotea derechos y vulnera aún al más fuerte. El final tras la ficción, con la angustiante actualidad de imágenes reales de un movimiento que se creía descartado, da un cachetazo fuerte al espectador, que saldrá de la sala con la inevitable sensación de saber que en la historia todo se repite. (Rolando Gallego)