De la mano de Spike Lee (“La última noche”, “Malcom X”), llega a la pantalla grande una historia basada en hechos reales. La misma se centra en Ron Stallworth, un joven afroamericano que entra a trabajar como policía en Colorado Springs, una comunidad bastante racista en los años ’70. Uno de sus primeros casos será infiltrarse en el grupo del Klu Klux Klan de la ciudad para lograr desmantelarlo. Para ello contará con la ayuda de su compañero Flip Zimmermann, detective de religión judía, que servirá como la cara visible de la operación, mientras que Ron será la voz de sus pensamientos.
Con el Premio del Jurado del Festival de Cannes en su haber, Spike Lee nos presenta en “El Infiltrado en el KKKlan” una película poderosa en todos sus aspectos. Por un lado, nos trae una historia basada en hechos reales sobre la lucha de los afroamericanos en los años ’70 en el marco de una sociedad discriminadora y segregadora, pero no se queda únicamente en el pasado reciente, sino que también evoca ciertos hechos violentos que ocurrieron el año pasado bajo el mandato de Donald Trump, donde la “supremacía blanca” volvió a las calles. Acá vemos una lucha desde afuera (organizaciones de afroamericanos que combaten por su cuenta) y desde adentro (en las instituciones policiales también hay discriminación).
La cinta mezcla de una gran manera el género dramático con momentos cómicos e irónicos, muchas veces a través del humor negro o del ridículo para marcar una crítica más profunda, y el suspenso. El espectador tiene tiempo para relajarse frente a los instantes de mayor tensión narrativa, pero sobre todo consigue ponerse en el lugar de los distintos personajes y desarrollar una mayor conciencia en cuanto a la temática tratada.
Por otro lado, no sería posible poder llevar adelante esta historia sin sus protagonistas, John David Washington (el hijo del actor Denzel), quien si bien no es su debut actoral y tiene un papel importante en la serie “Ballers” de HBO, seguramente este será el mayor rol de su carrera hasta el momento, y Adam Driver, un actor que en el último tiempo se fue asentando cada vez más en la industria. Ambos actores encarnan a figuras marginadas, con su propia lucha interna, y que ponen su vida en riesgo por un bien mayor. Su sólida química hace que muchas veces la película tenga también tintes de una buddy movie, donde dos personajes bastante desiguales se complementan de una buena manera y generan una complicidad especial.
Por último, queda destacar el gran despliegue de producción que se observa en el film, debido a su óptima recreación de época, a la correcta utilización del vestuario de los ’70 y a su banda sonora orientada a sonidos del funk o del soul. Esto provoca que la película no solo sea atractiva desde su relato, sino que esté muy bien acompañada por sus aspectos técnicos y le dé una mayor credibilidad.
En síntesis, “El Infiltrado en el KKKlan” vuelve a poner a Spike Lee en lo mejor de su carrera, ya que nos proporciona una historia poderosa en cuanto a su temática, el abordaje que se hace de la misma a través de los distintos géneros, sus protagonistas y los aspectos técnicos que la rodea.