Entre la vida y la muerte
En este film de Richard Berry (actor, guionista y director), Jean Reno interpreta a un miembro de la mafia retirado que lleva tres años viviendo una plácida vida, dedicado a su mujer y a sus hijos.
Una mañana, unos hombres lo atacan y es prácticamente dado por muerto después de haber recibido veintidós balazos en un estacionamiento subterráneo del casco antiguo del Puerto de Marsella.
Pero este ex mafioso llamado Charlie Matteï sobrevivirá milagrosamente y buscará por todos los medios al responsable del atentado. Todos los caminos lo conducen hacia Tony Zacchia, el único hombre capaz de atreverse a matarlo y ex amigo de Charlie. El error de Tony Zacchia, fallar en su intento, hará que la furia de Charlie se le venga en su contra y una guerra mafiosa se librará en las calles de Francia.
La historia acierta de principio a fin, tanto en el uso de la música de ópera, como en la elección de los colores y la fotografía, donde predomina el ocre, los verdes y un mar celeste.
Otro punto a favor es la mezcla de culturas en una Francia moderna donde hoy conviven árabes, japoneses y todo tipo de ciudadanos, haciendo que este grupo mafioso sea realmente creíble.
El Inmortal transporta al espectador a hermosos parajes franceses y a ocasionales visitas al cementerio, donde los crímenes tienen también su historia.
Con buenas interpretaciones tanto de Jean Reno, quien recuerda mucho a El Perfecto Asesino con Natalie Portman, como las de Kad Merad (Bienvenidos al país de la locura) o la de Jean-Pierre Darroussin en el papel de un amigo atrapado entre la verdad y la mentira.
Reno nuevamente se pone en la piel de un asesino, cuyas reglas evitan matar a gente desarmada. Aunque, en ocasiones, las mismas tienen excepciones.