Yo soy sola
La actriz Malena Solda encarna a Carmen, protagonista absoluta de esta comedia romántica, anómala, del director Rodolfo Durán (Terapias alternativas), con guión de María Meira (La mirada invisible), que se ubica en la frontera de la treintena cuando las presiones sociales y los mandatos sobre las mujeres indican la imperiosa necesidad de casamiento e hijos.
Si parte del karma de nuestra antiheroína, quien ha optado por su carrera e independencia del yugo masculino, se pudiera resumir en la soledad, que tarde o temprano tocará a su puerta, también permite diferentes lecturas en base a la idea de una consecuencia provocada por múltiples causas: la soltería militante, la renuncia a los lugares comunes de todo romanticismo convencional (podríamos decir una comedia anti-hollywoodense) y además, la crisis que supone atravesar los treinta y seis sin horizonte de pareja a la vista.
El tono elegido por el director, en su sexto opus, recoge algunos elementos de la comedia, la ironía y un cinismo a conciencia por parte de la protagonista ante un entorno, tanto familiar como externo, que pretende encontrarle candidato y un sentido tradicional a su existencia.
La oportunidad de un viaje a Mar del Plata, que el azar de un concurso en su heladería preferida le dispensa siempre que vaya acompañada, supone la chance del cambio, pero también es el detonante del mayor conflicto interno y el reflejo deformado de ese espejo en el que Carmen no se quiere mirar. A esa alternativa de viaje de autoconocimiento se le superpone la presencia de Javier (Sergio Surraco), conocido de su hermano Santiago (Gustavo Pardi), quien pretende romper el hechizo de soltería de su hermana organizando una cita incómoda, lo suficiente para que Carmen rechace el plan de conquista, aunque luego tratará de someterse a la teoría de las segundas oportunidades.
Con buenas actuaciones en roles secundarios de Manuel Callau (habitué de los films de Rodolfo Durán), y Laura Azcurra como la amiga que a veces usa de confidente a Carmen cuando pelea con su novio y otras la descarta cuando todo se arregla, El karma de Carmen explora en la intimidad de una treintañera que no se amolda a los cánones establecidos por la cultura, desde la superficie, pero también se sumerge sin solemnidad ni bajadas de línea morales, con la sensibilidad justa por los vericuetos de la soledad.