Cansado de su rutinario trabajo en una oficina, Mariano (Pablo Echarri) decide aceptar un retiro voluntario e invertir la indemnización en un sueño propio. Movido por la nostalgia, compra el kiosco del barrio de su niñez para atenderlo personalmente. Pese a que siempre es un riesgo dar ese tipo de "volantazos" pasados los cuarenta, su mujer y su hija lo apoyan y al principio todo parece ir bien, excepto por un detalle no menor: la cuadra del kiosco está próxima a ser cerrada por obras municipales, lo que bajaría considerablemente las ventas. A Mariano se le presentará una encrucijada: ¿perseverar en su sueño a como dé lugar o volver sobre sus pasos?