Dos intrusas, algo difíciles de resistir
Eli Roth deja el gore más extremo de "Hostel" para ofrecer un thriller sexy-psicológico que lo acercaría a los climas sádicos, sardónicos y claustrofóbicos del primer Roman Polanski si no fuera porque, en realidad, esta "Knock Knock" es una especie de remake actualizada de una película exploitation de la década de 1970, "Death Game", que dirigió Peter Traynor y protagonizó Seymour Cassel como un padre de familia seducido y luego torturado por Sondra Locke y Coleen Camp.
Justamente, Coleen Camp participa en la producción y también tiene un pequeño papel, pero en este sentido todo el film de Roth se reduce a tres intérpretes: Keanu Reevescomo el dueño de casa, y Lorenza Izzo y Ana de Armas como las dos bellas desconocidas que golpean la puerta de su casa una noche de lluvia pidiendo usar el teléfono porque se quedaron sin celular.
Reeves es un arquitecto, padre de una encantadora familia, que ama a su esposa, talentosa artista, y que sólo intenta ser un buen samaritano y darles refugio a los chicas que están pasando un mal momento. Las dos beldades flirtean un poco y demoran bastante en seducir al dueño de casa, que se resiste todo lo humanamente posible al menage à trois propuesto cada vez más insistentemente por el duo dinámico y sexy. Pero las cosas siguen el curso inevitable, y ahí recién empiezan los problemas, con las chicas destruyendo el hogar familiar a gusto y discreción, y burlándose, humillando y torturando a su víctima.
Hay tensión y mucho humor negro, y esas alegrías terribles propias del cine de Eli Roth, que en este caso hace que se luzca su mujer, Lorena Izzo (lo que explica en parte la coproducción con Chile, donde el director ya ha filmado otra película) y está un poco limitado por el hecho de que todo transcurra en un decorado único con sólo tres personajes esenciales. A pesar de este detalle, sin duda este film fuerte es, a su manera, bastante entretenido.