Inspirada en la obra de Clarice Lispector, Marcela Lordy construye un potente relato sobre una mujer en reconstrucción que desea, ama y vive al límite, a la vez que se enamora profundamente de un hombre a quien admira. Imágenes oníricas y cuerpos presentes para un relato que tiene a la mujer en el centro.
Lori es un maestra de unos treinta años de edad que vive sola en una espaciosa casa en Río de Janeiro, frente al mar. Ese hogar demasiado grande para ella refleja esos espacios vacíos que persisten en su Interior más profundo y que a pesar de sus continuos encuentros amorosos parece no completar. Porque si bien la soledad le provoca angustia, solo puede relacionarse con otras personas ocultándose bajo una máscara invisible que la muestra irreconocible hasta para si misma.
El erotismo interior de Clarice Lispector según Marcela Lordy Coproducción brasileña -argentina basada en el libro de Clarice Lispector con las actuaciones de Javier Drolas y Simone Spoladore, galardonada como mejor actriz en el 22 BAFICI. Adaptación de Aprendizaje o el libro de los placeres de Clarice Lispector, publicado originalmente en1969 y que desató una fuerte polémica debido a sus multinterpretaciones, trata acerca de una historia de amor descarnada entre dos personajes herméticos que a medida que desnudan su interior van recuperando su identidad. Loreley (Simone Spoladore) es una maestra de primaria que dejó a una familia acomodada, netamente machista con un líder patriarcal, para mudarse a un departamento, propiedad de su madre recientemente fallecida, en un aristocrático barrio de Río de Janeiro. Hay algo en su persona que no le permite comprometerse, ni con otres, ni con el futuro. Secretos, mandatos, sentir que está en un lugar que no le corresponde. Su vida transcurre entre la rutina laboral, relaciones sexuales ocasionales, tanto con hombres como con mujeres, y la fría amistad con la madre de un alumno, más por conveniencia de la segunda que por un interés recíproco. Loreley vive más por una necesidad impuesta que por elección. Ulises (Javier Drolas), es un profesor universitario argentino, egocéntrico y algo pedante con el que se encuentra ocasionalmente para tener sexo, algo que paulatinamente se va convirtiendo en más que eso y será en los altibajos de esa relación, primero casual, luego rutinaria, que ambos personajes se encontrarán tanto entre sí cómo con ellos mismos. Josefina Trotta y la propia Lordy realizaron la compleja y ambiciosa transposición cinematográfica de una obra en donde es más importante lo que sucede en el interior que en el exterior de los personajes. Un drama erótico compuesto por un juego de seducción frío que dice más en aquello que no se ve, pero se siente. La trama está construida como un laberinto, con historias que se bifurcan y se pierden dentro del mismo, donde los personajes están atrapados y sin la intencionalidad de encontrar la salida. Aunque esto cambia cuando logran conectarse entre sí y la entrega es total. Lo sexual, que es lo que mueve la historia (y sus vidas), funciona como la exteriorización del conflicto interno. Los encuentros (y como son mostrados) pueden ser considerados casi como una metáfora de lo que los atormenta. A medida que liberan sus demonios, el sexo se vive diferente, no en menor medida, solo de otra manera, desde otra intensidad y conexión, y la cámara así lo registra. O livro dos prazeres (2020) resulta un intenso drama erótico, que como el libro tiene múltiples interpretaciones y por momentos recuerda a películas como Intimidad (Intimacy, 2001) dirigida por Patrice Chéreau, o Una relación particular (Une liaison pornographique, 1999), de Fréderic Fonteyne, interpretada por dos convincentes actores que lograron personajes que no solo desnudan sus cuerpos (literalmente) en cada una de las escenas, sino también el alma para mostrar un interior plagado de miedos, inseguridades, mandatos y una vida de la que quieren escapar.
El punto de partida de la directora Marcela Lordy , sobre el guión que escribieron juntas con Josefina Trotta es una adaptación muy libre sobre la obra de Clarice Lispector. La cámara con planos creativos y significativos sigue el devenir de una mujer de más de treinta años, muy bella, que en apariencia es libre y sigue su deseo. Pero poco después se revela como un ser torturado y solitario, con limitaciones emocionales serias, que huye instintivamente de cualquier compromiso. Alguien acorralado en una soledad oscura, con grandes carencias que arrastra desde su infancia, que seduce a hombres y mujeres en relaciones sexuales intensas pero vacías que la cámara registra en toda su magnitud. Su cruce con un profesor argentino radicado en Brasil, sus encuentros y desencuentros la llevaran a un camino de autodescubrimiento. Mientras tanto se lacera cada noche desde un departamento mirando el mar como quien se enfrenta cada noche con los monstruos de la desesperación. Un interesante film de muchas capas de significados, con logros formales e ideas profundas.
Lóri (Simone Spoladore) es una mujer que vive en Brasil, es solitaria y melancólica. Su vida se divide entre sus tareas como maestra de escuela primaria y sus relaciones amorosas casuales. Por casualidad conoce al argentino Ulises, un reconocido profesor de filosofía. Aunque Ulises es bastante egocéntrico y no particularmente empático con las mujeres, Lóri aprenderá a amar y afrontar su propia soledad en su vínculo con él. Se trata de una adaptación del libro de Clarice Lispector Un aprendizaje o El libro de los placeres. La película tiene momentos luminosos, inteligentes, donde se mira sin prejuicios la vida afectiva y sexual de una persona. Se pasa de una cierta mirada distante acerca de las relaciones para irse acercando poco a poco a un genuino disfrute del sexo. Las clases de la maestra, por otro lado, hablan de una búsqueda de la felicidad, de una comprensión casi enciclopédica de los placeres de la existencia humana. Cualquier placer, por supuesto, en el caso de las clases, no vinculados con la sexualidad, sino con elementos cotidianos, cosas que nos rodean y tiene un significado más importante del que habitualmente les asignamos. La película cae en algunos momentos en lo retórico y se habla más de lo que se necesita, pero su final es bello profundamente vital.
Esta traslación de la novela homónima de Clarice Lispector (1920/1977) trata sobre una mujer que no puede manifestar sus sentimientos. Su vida se reduce a su ocupación como maestra de primaria y los ocasionales encuentros sexuales, sin comprometerse, superficiales, que mas que completarla continúan vaciandola. Hasta que conoce a un argentino, profesor de filosofía, egocéntrico, megalómano, casi narcisista, pero que sin embargo algo diferente encuentra en cada encuentro aunque ella se proteja creyendo que solo sea para satisfacerse sexualmente. Loreley (Simone Spoladore) es una mujer solitaria, con una presentación “misántropa” sobre el mundo de los adultos, vive en un departamento heredado de su madre recientemente fallecida. Su traslado a este inmueble en Rio de Janeiro, se debió mas a alejarse del sofocamiento que le provocaba vivir en una casta patriarcal, donde
En apariencia, El Libro de los placeres parece un filme individualista, pero propone en realidad un sugerente retrato generacional. El film habla de jóvenes treintañeros que viven de modo tenso sus propias incertidumbres afectivas, distanciados de un núcleo familiar casi desdibujado y frente a un horizonte incierto.