Entretelones del poder
El cine francés no teme inmiscuirse en las internas de sus gobernantes. En la película "El Ministro" (El ejercicio del Estado, en su título original), muestra las posturas contrapuestas dentro de miembros de un mismo gabinete, y esa pulseada entre distintos sectores que buscan ganar el favor de alguien con más peso para imponer sus ideas políticas.
Saint-Jean (Olivier Gourmet) es un hombre sin tradición política, que no desciende de familia de políticos. Tal vez por eso tiene un poco más de ideales que sus colegas. Es el ministro de Transporte, y la historia comienza mostrando cómo reacciona su ministerio ante un accidente en una ruta. Lo despiertan de madrugada y llega en helicóptero a la escena del desastre. Enfrenta a la prensa, cuidando al detalle la imagen, con un discurso escrito, pero efectivo dentro de las circunstancias, y reclama que investiguen las causas de forma urgente. Igual que acá.
Más adelante lo veremos enfrentar otro dilema: debe llevar a cabo una medida a la que él se opone, pero que le termina imponiendo el presidente. El filme explora así las presiones, las contradicciones personales que este hombre enfrenta para hacer algo con lo que no acuerda.
Por su planteo como película “de personajes”, es fundamental la calidad de las actuaciones, y en ese aspecto es impecable. No sólo Saint-Jean, sino incluso todos los personajes secundarios están interpretados con una naturalidad, y una corrección que hace más creíble, más real, la historia que se nos cuenta. Casi como si el espectador pudiera poner cámaras en un político y seguirlo en su trabajo.
El director, Pierre Schöller, logra dar con el tono adecuado, tanto en las escenas de discusiones de gabinete, como en las que requieren más acción y logran sobresaltar por inesperadas.
Es una película que hace hincapié en los personajes, sus relaciones, su intimidad, sus pesadillas, la soledad del poder (“cuatro mil contactos y ni un amigo”, dirá el protagonista en un momento al revisar su celular). Con diálogos complejos, profundos, de muchas palabras, no resulta un filme fácil de digerir en lo inmediato. Sin embargo se trata de una interesante reflexión sobre el sistema democrático y su funcionamiento.