Una obra de arte que con gran belleza visual plasma una perfecta combinación entre el universo estético de la pintura y el cine, invitando al espectador a contemplar y reflexionar en un verdadero ejercicio de estilo.
El compositor de ópera, poeta, artista, fotógrafo y cineasta polaco Lech Majewski (quien ya había trabajado sobre el mundo del arte en Basquiat y El Jardín De Las Delicias Terrenales) es el creador de esta excéntrica y cautivadora especie de "art movie" que recrea el universo plasmado por el pintor flamenco del siglo XVI Pieter Bruegel (El Viejo) en su obra maestra, "Camino al Calvario", ambientándolo en la ocupación española de Flanders a mediados del siglo XVI.
Combinando diversas técnicas pictóricas con efectos visuales y una puesta en escena muy especial, El Molino y La Cruz recrea la génesis del famoso cuadro de Bruegel, centrándose en éste, interpretado por Rutger Hauger (Blade Runner), y algunos personajes emblemáticos (de entre quinientos retratados en la obra) como su amigo y mecenas Nicolaes Jonghelinck (Michael York), la Virgen María (Charlotte Rampling), Cristo y Judas entre otros, para reconstruir a través de ellos el contexto social, político y cultural de aquel pueblo y momento.
Majewski logra construir una narrativa muy particular jugando con la composición de cada encuadre, las perspectivas (pintó el cuadro de Brueghel y lo expandió desde siete perspectivas simultáneas), relieves, profundidades y texturas (pintó los decorados y se utilizó lo último en técnicas digitales para incorporar a los actores al mundo de Brueghel), combinándolas con breves diálogos y una banda sonora que dramáticamente nos transporta al mundo del cuadro.
El Molino y La Cruz es una cautivante experiencia audiovisual que sorprende gratamente a los sentidos y nos invita a releer, reflexionar y discutir sobre el poder del arte.
Considero pertinente aclarar que esta película no responde a los cánones del cine clásico, de género o un mero cine experimental. Es un film, que al igual que otros como El arca rusa de Sokurov, Caravaggio de Derek Jarman, o Seraphine de Martin Provost, brindan una propuesta diferente del séptimo arte.