El filme que dirigió Héctor Olivera redondea un buen fresco sobre la realidad de un sector poderoso de la sociedad argentina de la década del 30. Entonces, como hoy, también se discutía el rol del empresariado periodístico en el entramado político nacional. Natalio Botana, factotum del diario Crítica –uno de los periódicos más importantes de la historia argentina por los escritores que pasaron por su redacción- convocó al pintor mexicano David Alfaro Sequeiros a plasmar una obra en el sótano de una de sus casas y terminó convirtiéndose en el amante de su mujer. Una jugosa página de la historia argentina de siglo XX le sirvió de ventana al director para asomarse a un importante fragmento del pasado. El personaje encarnado por Luis Machín es un inagotable filón que da para la realización de varias películas.