Héctor Olivera en el año del Bicentenario decidió contar la historia del muralista Siqueiros. En los años treinta llega a Buenos Aires el ya por entonces prestigioso muralista mexicano David Alfaro Siqueiros. Aquí toma contacto con las más importantes figuras de la cultura y de la sociedad de la época, entre ellas Pablo Neruda, que se hallaba en el país, y conoce a Natalio Botana, fundador, propietario y director del diario “Crítica”. El muralista subyugado por el micromundo artístico y por las más hermosas mujeres que lo rodean acepta un gran desafío: hacer en la quinta Los Granados, de Botana, un gran mural que abarcaría todo el sótano de la finca. Con la colaboración de los pintores argentinos Lino Enea Spilimbergo, Antonio Berni y Juan Carlos Castagnino y el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro, el mural va tomando cuerpo mientras se tejen varios conflictos íntimos que, en torno de Siqueiros, conforman la contradictoria esposa de Botana, la poetisa Blanca Luz Brun y el propio Neruda, a los que se suman figuras tan importantes de esos años como la escritora Victoria Ocampo y el presidente Agustín P. Justo. Hasta aquí una breve sinopsis de la historia.
Si analizamos “El mural” se podrá apreciar que a Olivera no se le escapó ningún detalle de la época. Impecable la reconstrucción de los ambientes y los trajes y vestidos. La fotografía también se destaca, no en vano Félix Monti es el responsable. Quizás la parte más floja esté en el libro en donde la realización por momentos se centra demasiado en los conflictos de alcoba y en las relaciones sexuales. A muchos nos ha quedado las ganas de ver un filme que rescate otras situaciones y problemáticas históricas. Esto es lo que hace que “El mural” sea una buena producción. Con respecto a los actores sobresalen Luis Machín y Carla Peterson, otros personajes si no fuera porque los nombran nadie se da cuenta que son ellos. Para los que quieran saber un poco más de Siqueiros hay un documental excelente de Lorena Muñoz que se estrenó hace unos años y se llama “Los próximos pasados” (2006). Ver ambos filmes puede resultar un lindo ejercicio para creer o no.