El origen del terror en Amityville: Otra vuelta de tuerca.
Llega a cines un film que, a priori, puede generar curiosidad por su título ya arraigado en el inconsciente del consumidor de terror, pero poco tiene que ver con lo que espera.
Ruby Harris (Chilton Crane) y su pequeño hijo autista se mudan a una vieja casona donde hace veinte años desapareció una familia en circunstancias misteriosas. Entonces la joven Angela (Jodelle Ferland) es contratada para cuidar al niño, y empieza a notar extrañas manifestaciones que podrían relacionarse con los eventos del pasado.
El origen del terror en Amityville (The Unspoken, 2016) no tiene nada que ver con el famoso caso que ya es de dominio público y alimentó varios films de género, sin embargo, su mixtura de sub-géneros puede ser atrayente en primera instancia: tenemos la típica niñera inocente en apuros, los vándalos del barrio que quieren irrumpir en la casa, un niño que parece estar conectado a la actividad paranormal del hogar, un poco de gore y misterios sin resolver en una casa embrujada que conectan en un doble plot-twist al final que nos dejará con la boca abierta.
El cast es, en general, correcto, destacando a Jodelle Ferland (la niña siniestra en Silent Hill; la niña siniestra en Case 39; la niña siniestra en The Cabin in the Woods; y la niña muda en The Tall Man) quien ya no es una niña pero aaún sigue unida al género, ahora en papeles con más potencial de jovencita (anti) heroína; y el pequeño Sunny Suljic, como casi un émulo de Damien en La Profecía (The Omen, 1976), niño que no sabemos si es víctima, victimario o que corno.
En síntesis, El origen del terror en Amityville es un correcto film de suspenso, con un poco de horror, y que al consumidor de estos géneros no decepcionará (si no espera una obra maestra).