Un día en el que todo puede malir sal.
El peor día de mi vida nos cuenta la historia de Julio Cabrera, un actor desempleado que vive aferrado a la idea de que, el día menos pensado, el éxito volverá a tocar a su puerta así como lo hizo años atrás. El problema es que el éxito parece haberse olvidado de él, porque veinte largos años pasaron desde su participación en una famosa telenovela (de la cual, por cierto, poca gente se acuerda). Esta larga y obstinada espera por la posibilidad de poder volver a vivir de la actuación, poco bien le está haciendo a su economía, y peor aun, a su matrimonio. Sin embargo, todo empeora el día de su cumpleaños numero 50 cuando, ademas de discutir con su esposa y de hacer malabares para conseguir un pequeño papel en una publicidad, deberá encontrarle un destino a las cenizas de su hermano mellizo, fallecido unos cuantos años atrás.
Técnicamente, esta comedia dramática de Daniel Alvaredo se mantiene simple: El director no hace uso de planos extravagantes y mantiene una estética y puesta en escena muy básica y sencilla. El ritmo del metraje por momentos se entorpece y las transiciones de tono, del drama al humor, no siempre están manejadas con precisión, lo cual hace que los gags no siempre funcionen.
El guión es directo y por momentos predecible. También presenta algunas situaciones un tanto rebuscadas e inverosímiles mezcladas con algunos clichés; sin embargo, en lineas generales, el relato plantea una interesante y bien lograda mezcla de humor negro y drama con tintes emotivos, aunque a veces falle la ejecución.
Javier Lombardo se carga al hombro toda la película y lo hace de manera muy correcta. El resto del elenco logra estar a la altura, salvo por algunas pocas excepciones donde las interpretaciones resultan un tanto exageradas y forzosas.
Conclusión:
El peor día de mi vida día de mi vida es una propuesta sencilla, tierna y simpática que, pese a algunas fallas, cumple con su cometido.