Costumbrismo inofensivo
El costumbrismo en el cine argentino es algo inofensivo, pero esa palabra también viene acompañada de otra no tan feliz: insípido. Por eso, El peor día de mi vida (2016) no logra escapar de esta ecuación y solamente por las virtudes actorales -que no son pocas- de Javier Lombardo, apenas alcanza a cubrir la cuota necesaria para un telefilme.
Es el actor el que se carga en las espaldas la historia de Julio Cabrera, actor desocupado quien supiera tener en el pasado su fama en una telenovela, pero al que el paso del tiempo lo ha dejado completamente out del circuito. Se tiene que con
tentar con alguna llamada para una publicidad, pero ya ni siquiera lo toman en cuenta en el último comercial en el que audicionó.