Los espectadores desprevenidos quizás piensen que se trata de una remake del cuento de Julio Cortázar que se filmó en 1962 y protagonizó Inda Ledesma y Sergio Renán. Sin embargo, este filme dirigido por Víctor Cruz, sobre un guión propio y de su pareja, también cineasta, Sandra Gugliotta, narra la historia de un amor despechado.
Gustavo (Alejo Mango) y Lola (Marita Ballesteros) son observados. Un misterioso hombre los persigue, registra con su cámara cada movimiento que realizan. Pronto descubrirán que El Perseguidor no sólo pone en peligro sus vidas, sino que amenaza con develar sus secretos más íntimos. Alejandro Lifschitz es el perseguidor.
Si bien la realización atrapa al principio con sus interrogantes, éstos se diluyen a medida que se desarrolla la historia.
Resulta un poco chocante y cansadora la cámara en mano, que termina por fastidiar y marear al espectador.
Los actores están bien en su rol, sobre todo Marita Ballesteros (la ex-mujer maravilla modelo 77).
Como dirían las señoras del barrio la peli se deja ver, aunque haya un par de desprolijidades.