El tema del "falso culpable" y la burocracia legal son los pilares de la ópera prima de Fernán Mirás, que lo cuenta además como actor, junto a Paola Barrientos.
La parsimonia de un pueblo en el que "no pasa nada" es elegida por Fernán Mirás para su ópera prima, que también lo tiene como actor junto a Paola Barrientos. Un relato que espía las injusticias a las que se somete a un barrendero privado del habla pero que comprende todo lo que sucede a su alrededor.
Gloria -Barrientos-, una abogada que arrastra una cojera debido a un accidente sufrido el mismo día en el que se recibió, está desilusionada de su profesión y trabaja en una oficina, destartalada, repleta de expedientes olvidados, junto a un asistente -Darío Barassi-. Todo cambia cuando decide defender a un acusado de violación -Daniel Lambertini-, al que considera culpable y por quien se traslada a ese lejano pueblo, mientras litiga con la fiscal Rivas -Maria Onetto-, su profesora en la facultad de Derecho, y con el atildado juez de la causa -Dario Grandinetti-.
Mirás coloca el ojo en criaturas abrumadas por la injusticia y la desesperanza en un pueblo donde las desigualdades sociales están a la orden del día -la presencia del comisario; la mujer del acusado, encarnada por Jorgelina Aruzzi; los lugareños poco amigables- y donde el silencio parece el cómplice ideal para ciertos entramados del poder.
Las deficiencias de un sistema judicial que no sólo perjudica a víctimas y acusados, sino también a los profesionales que quieren ejercer su trabajo con profesionalismo, y el tema del "falso culpable", son los pilares sobre los que se apoya esta historia que combina drama y momentos de humor.
A la promisoria tarea narrativa de Mirás, que logra una descripción minuciosa de los hechos basados en sucesos reales, se suma una Paola Barrientos que coloca a su personaje en primer plano, con convicción, humor y garra para combatir a quienes la formaron en la profesión.