Una película de Gustavo Fontán y Gloria Peirano que cuando hablan del origen del proyecto enumeran las preguntas que se hicieron: “Qué significa habitar? ¿Cuál es el vínculo entre un espacio y una persona? ¿Cómo se convive? ¿Cuál es la relación entre un espacio y la memoria? ¿Qué es una casa? Preguntas que están en los bellos textos de Peirano, en las cuidadas imágenes de Gustavo Fontán (El limonero real, La madre). Verdades y vivencias que están en esas palabras leídas en off, en esos encuadres de cuidadosa factura y medida fotografía, y en los testimonios de diez personas invitadas a recorren el espacio. Así se suceden algunas respuestas y otros interrogantes. Una casa muy blanca, de grandes aberturas, con una pequeña ventana en particular, desde donde se filtra el exterior, en rumores agradables o una tormenta eléctrica, es un lugar que puede ser refugio, disparador de consejos, reflexiones, opiniones. Palabras y gestos que avizoran un futuro donde quedarnos cómodos, para apropiarse de un destino y de una vida.