Un mundo de silencios
Basada en hechos reales, la película aborda un tema delicado como el Autismo y lo hace a través del cambio que sufren las relaciones y los vínculos familiares cuando una persona del hogar padece este síndrome.
Con una mirada realista, el director Rodolfo Carnevale narra los avatares que enfrenta un matrimonio (Eduardo Blanco y Patricia Palmer) que vive junto a su pequeño (Túpac Larriera) y Pilar (Ana Fontán), su hija de 26 años que sufre esta discapacidad.
La trama se mueve entre el ámbito cotidiano alterado por estas circunstancias y el mundo interno de Pilar, plasmado con tono fantástico e idílico al que sólo ella tiene acceso. Los personajes atraviesan crisis de toda índole: la pareja entra en un paréntesis afectivo y las conductas de Pilar también repercuten en su hermano menor. El complicado panorama los lleva a plantearse un dilema: cuidar a Pilar en la casa o internarla, una solución viable pero no compartida por su madre.
El Pozo radiografía con sumo cuidado las múltiples facetas que presentan los personajes centrales y agrega otros, pertenecientes a otros ámbitos: el compañero (Ezequiel Rodríguez) de Pilar que también sufre otra discapacidad; su madre (Adriana Aizemberg); la psicóloga (Dora Baret) y la directora del Instituto (Norma Pons).
Bajo una dirección adecuada, la creación de climas dramáticos impactantes y una correcta dirección de actores (Ana Fontán y Ezequiel Rodríguez muestran un gran lucimiento y se llevan los aplausos), El Pozo explora este rompecabezas familiar cuyas piezas irán tomando forma a partir de un mundo de silencios y de búsqueda de respuestas que no siempre aparecen. El mismo mundo cuya realidad muchos desconocemos. El amor en todas sus formas dice presente en esta película que también se permite una fuga y algún toque de humor para descomprimir la tensión de la trama.