Antes que nada, este es menos un film que un intento de lograr la toma de conciencia por parte del espectador respecto del autismo y sus consecuencias, toda vez que está basado en hechos reales que tocan de cerca al realizador. Dentro de esos parámetros, la realización es correcta -salvo ciertos pasajes oníricos que resultan innecesarios- y ajustadas al tema que desarrolla el film. Un ejercicio didáctico al que no le falta nobleza.