A la medida de Brandoni
Brandoni hace de Brandoni en esta comedia dramática de auto superación, en la que todos los personajes, historia y elenco giran alrededor de él y su personaje predilecto. El problema del film es que parece hecho hace 30 años, el ritmo, tono y moralina son propios de un cine que creíamos extinto. Hasta hoy.
El argumento recuerda a la película de Bill Murray llamada St. Vincent (2014), en la que un anciano cascarrabias y aséptico a las relaciones humanas se ve obligado a cuidar de un niño ajeno que extrae sus rasgos bondadosos. El tipo aprende con la tutoría del niño a ser mejor persona en su relación con los demás.
Pero claro, Bill Murray no es Luis Brandoni y, mientras el anciano que componía el actor norteamericano era un rocker que disfrutaba del alcohol, el que interpreta Luis Brandoni es un médico viudo que acaba de jubilarse y transita una vida aburrida y depresiva propia de un ermitaño. St. Vincent es una comedia y El Retiro (2019) es un melodrama.
En esta película aparece con melodía tanguera la nostalgia por el tiempo pasado y las decisiones mal tomadas. Los reclamos de su hija (Nancy Dupláa) a quién nunca dedicó mucha atención, la envidiable manera de disfrutar la vida de su amigo (Gabriel Goity), y hasta la relación con su difunta esposa. La expresión lamentada de Luis Brandoni que, desde La tregua (1973) sigue siendo la misma, se reitera en varios fotogramas.
En esa comparación El Retiro pierde eficacia, porque por más que el director Ricardo Díaz Iacoponi (Industria Argentina, La fábrica es para los que trabajan) se apoya en los guionistas habituales de Adrián Suar (Daniel Cúparo) y Juan José Campanella (Fernando Castets), el modelo de melodrama costumbrista se impone por la figura de Brandoni, quitando gracia y bajando linea moral en cada parlamento, propio de un cine del pasado.