El retiro

Crítica de Mex Faliero - Fancinema

LAS CONFESIONES DEL SEÑOR RODOLFO

Es imposible empezar a escribir sobre El retiro sin hacer mención a la presencia de Luis Brandoni y Nancy Dupláa en los protagónicos, referentes artísticos de las dos fuerzas políticas mayoritarias del país y, también, de esa perogrullada conocida como grieta. También es cierto que, dentro de treinta años, cuando alguien lea esta crítica (qué ambicioso de mi parte), nadie se acordará de esto y será un evento más del pasado que se estudiará en los colegios. Sin embargo, en este presente donde estamos tan invadidos por la coyuntura y nuestro propio ombligo; hoy, al ver la película de Ricardo Díaz Iacoponi, no podemos dejar de pensar en kirchneristas y macristas, en esa grieta, y en esa tensión que se genera en dos formas absolutamente irreconciliables de ver el país. Ese nervio es el que le da un poco de combustible a los primeros momentos de El retiro, película que también discursea sobre diferencias generacionales y de forma de pensar la vida, a partir de la grieta que representan Rodolfo (Brandoni) y su hija Laura (Dupláa).

Rodolfo es un obstetra viudo y recientemente jubilado, que atraviesa no sin complicaciones los primeros días de enfrentarse a ese no hacer nada del retiro. Pero una situación fortuita, de esas tan curiosas que sólo un guionista con mucho tiempo libre puede pensar, es la chispa que motoriza los conflictos de esta comedia dramática: su empleada doméstica se va intempestivamente a Santiago del Estero (Rodolfo vive en Capital Federal) y le deja a su cuidado, y sin avisar, a su pequeño hijo. El retiro es una película de fórmula, de recursos narrativos ya vistos y trillados, pero que también representan una novedad para el cine argentino: es una comedia televisiva y sensiblera pero construida sobre un molde sumamente profesional, algo que para nuestra incipiente industria no deja de ser un hallazgo. Porque más allá de sus planos y contraplanos convencionales, de personajes y situaciones anticuadas (el amigo que interpreta el Puma Goity) y de sus giros inverosímiles, El retiro es un tipo de cine multi-target, impersonal y profesional, que en otras filmografías abunda. Pero como decíamos, por estas tierras no es tan habitual y al menos eso, desde las intenciones, es digno de destacar.

Precisamente lo mejor que tenemos para decir de la película de Díaz Iacoponi es que técnicamente es irreprochable, aunque se extraña un poco más de riesgo, al menos en la puesta en escena. Por lo demás, es un relato sostenido en un par de buenas actuaciones (Brandoni y Dupláa) y en clichés que hacen sistema en el espectador cuando se activan, y lo devuelven a una zona de confort. La presencia de aquel niño en El retiro no deja de ser una excusa para terminar trabajando el conflicto principal, que es el reencuentro entre Rodolfo y su hija, de acercarlos y fortalecer el vínculo padre-hija: porque ella ve que su padre tiene con ese niño extraño un tipo de relación que ella nunca pudo tener. Aunque el peso del proceso dentro del film está puesto más en Rodolfo que en Laura: es él quien lleva el relato, son sus decisiones las que activan diversas subtramas. Rodolfo emprende un camino parecido al que emprendía el señor Schmidt en aquella comedia agria con Jack Nicholson, uno de autodescubrimiento pero también de revelación de un mundo que lo rodeaba pero que le era ajeno. No hay mayores novedades, las resoluciones no salen del lugar común y la complejidad no es algo que la película se anime a enfrentar. Es eso lo que la hace lucir un tanto avejentada, aunque tampoco moleste demasiado. Eso sí, tiene una última escena muy linda y un plano final que muestra el talento de Brandoni para transmitir emociones sólo con su mirada.