Con una propuesta que se acerca al cine popular desde la recuperación de valores y emociones, sin artificios, “El Retiro”, de Ricardo Díaz Iacoponi, protagonizada por Luis Brandoni, Nancy Dupláa, Soledad Silveyra y Gabriel Goity, entre otros, cumple con las premisas que desde el arte de la película ya se indica y que se apoya en los pilares del cine de entretenimiento: sensibilizar, emocionar, entretener, sin pretensiones.
Un médico (Brandoni) que termina su carrera laboral, más por obligación que otra cosa, se jubila para “vivir la vida” y descubre en el cuidado, inesperado, de un niño, la posibilidad de tener una nueva oportunidad para sentirse útil.
Pese a los esfuerzos denodados de su hija (Dupláa) por controlarlo y marcarle todo aquello que siente que no está bien para su padre, Rodolfo (Brandoni), seguirá sus instintos y acompañará al pequeño en aquellas situaciones que el sencillo guion de la película le marque.
Entre el contraste de la bohemia de Laura (Dupláa) y Rodolfo, se forja una línea narrativa que apela a la reconstrucción de estos dos actores como seres intérpretes, y tras la deconstrucción de su imagen política, emerge una nueva instancia en la que ambos potencian la sencillez de la historia con nobleza y entrega.
Hijos que se hacen cargo de sus padres, que la ley de la vida los pone como padres de sus padres, padres que quieren seguir viviendo su vida sin alteraciones, pese a la profunda transformación que su nueva vida indica, son sólo algunos de los tópicos con los que se trabaja desde el guion.
Pero también hay una reflexión por ahí, asociada a qué hacemos con los adultos mayores, y qué es lo que creemos que significa el “retirarse” para vivir la vida, configurando junto con un puñado de películas foráneas un sub género que se apoya en historias mínimas que se transforman en universales.
Y si bien la historia reposa en estereotipos y lugares comunes, en el volver a transitarlos, en el visualizar a Brandoni en un rol distinto y en el recuperar para el cine a Dupláa, una de las grandes figuras de la cultura popular, es en donde “El Retiro” acierta y suma.
Su dirección, clara y precisa, sin titubeos, permite que su estructura, con un mensaje de transformación, inspirador, y un in crescendo que aumenta minuto a minuto, permitan disfrutar de un relato clásico, ideal para volver a emocionarse con historias sencillas, para disfrutar en familia y con la profunda idea de salir distinto del cine.