El duelo en el cementerio, las fábricas, el armado de las murgas durante el carnaval, las serenatas, una huelga. “Dicen que los viejos vivimos de los recuerdos, ¿no? pero a mí eso me ayuda mucho”, confiesa la voz en off de uno de lxs entrevistadxs mientras evoca sus recuerdos de Villa Corina, ubicado entre dos cementerios en Avellaneda -el Municipal y el Israelita-, al sur del conurbano bonarense. Los nombres de lxs vecinxs recitados, lo que definía a cada unx, las casas que ya no están hablan de un tiempo perdido, de una identidad que fue mutando, donde todo devino desconocido.