Primero se observa una breve semblanza para conocer a Luis Mario Vitette Sellanes (Guillermo Francella), un ladrón astuto, profesional y que puede financiar los gastos de la operación. A través de un amigo en común se encuentra con Fernando Araujo (Diego Peretti), que ideó el plan, para cometer “el robo del siglo” al Banco Rio de la sucursal de Acassuso, en San Isidro, en el 2006 y luego se irá integrando el resto de los ladrones.
La trama se encuentra basada en hechos reales, aunque algo ficcionado, sobre un acontecimiento que tuvo una gran repercusión y mucho se relató en los medios por la forma que se realizó y pensó. Además trascendió debido a que se llevaron un botín de millones y millones de dólares, la mayoría compuesto por cajas de seguridad, fue bien pensado, desconectaron las alarmas, ridiculizaron y se rieron de quienes estaban a cargo del operativo, entre otras cosas. Se dieron sus tiempos porque dejaron un cartel colgado en la bóveda que decía – “Sin armas ni rencores, en barrio de ricachones, es solo plata y no amores”.
Por varios motivos algunos espectadores tuvieron cierta empatía con los ladrones, ya que a los bancos se los recuerda por el corralito del 2001, sus usuras en las finanzas, por eso tal vez se pueda aplicar un dicho popular “ladrón que roba a ladrón, cien años de perdón”. Otros de los datos que se tuvo en cuenta fue que no usaron armas de fuego reales, no hubo heridos y trataron bien a los rehenes, entre otras reseñas.
Aquí el director Ariel Winograd (Mamá se fue de viaje, Permitidos, Sin hijos) hace que cada uno de sus personajes se luzca, la hace amena, de buen ritmo y tiene muchos toque cómicos, además le da sus momentos de emoción entre padre e hijos, entre otras escenas. Las situaciones jugadas entre Diego Peretti y Guillermo Francella están bien y tienen buena química, aunque Francella le da buenos matices y tiene un plus más arriba. El policía negociador se encuentra correctamente interpretado por Luis Luque, al igual que Mario Alarcón, entre otros. Nos encontramos con un cine de género, entretenido, con toques del clásico grotesco, con un tono muy picaresco y varios elementos del costumbrismo argentino. La música funciona bien (temas de Andrés Calamaro, Frank Sinatra y The Kinks, entre otros). Casualmente este 13 de enero se cumplen 14 años del hecho.